Copa del Rey

Bilbao

La Audiencia avala que pitar al Rey no es un ultraje a la nación

Esas discrepancias, dice el magistrado, «no pueden considerarse difamatorias, injuriosas o calumniosas».

Don Juan Carlos y Doña Sofía saludan a los aficionados en la última final de la Copa del Rey en Mestalla
Don Juan Carlos y Doña Sofía saludan a los aficionados en la última final de la Copa del Rey en Mestallalarazon

MADRID- La Audiencia Nacional no investigará la pitada a Don Juan Carlos en la última final de la Copa del Rey de fútbol entre el Athletic de Bilbao y el Barcelona, celebrada en el estadio valenciano de Mestalla el pasado 13 de mayo. El juez Santiago Pedraz considera que esa actitud, alentada por grupos independentistas vascos y catalanes, está amparada por la libertad de expresión. El magistrado rechaza así admitir a trámite una querella presentada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), que argumentaba que los hechos referidos podían ser constitutivos de un delito de injurias al Rey, apología del odio nacional o ultrajes a España.«Goodbye Spain»Pero el magistrado, al igual que la Fiscalía, no ve ningún tipo de delito en la pitada a Su Majestad el Rey durante la interpretación del himno nacional ni tampoco en la colocación de pancartas con la leyenda «Goodbye, Spain». Esas muestras de discrepancia, mantiene en su auto, «no pueden considerarse difamatorias, injuriosas o calumniosas» y, ni mucho menos, «propugnan el odio nacional o el ultraje a la nación», como defendían los querellantes en su denuncia. Por tanto, concluye, estas actuaciones no merecen ningún reproche penal, teniendo en cuenta además el principio de intervención mínima que rige en el Derecho Penal.En la denuncia se acusaba a las organizaciones independentistas Catalunya Acció y Esait –que promueven el reconocimiento oficial de las selecciones deportivas vasca y catalana– de instigar la pitada al himno nacional y al Rey. Recordaba Denaes que días antes de la final el presidente de Catalunya Acció, Santiago Espot, instó a los seguidores de ambos equipos a silbar a los Reyes cuando llegasen al palco, para lo que se repartieron unos 5.000 silbatos entre los aficionados.