Constitución
La Cámara Alta revisará los permisos para los diputados que están pluriempleados
MADRID- Aún se busca al filtrador. La polémica sobre el pluriempleo de los diputados trae de cabeza a más de uno y a más de dos, después de que 90 «disidentes» se negaran a votar en Pleno el informe de la Cámara Baja que dio por buena la participación de sus señorías en la empresa privada. Claro que, como se ha dicho, no son 214 diputados los que cobran otros sueldos además del del Congreso, porque muchos de estos a quienes también se ha puesto en el punto de mira simplemente participan en tertulias, imparten conferencias o son miembros de fundaciones afines a sus partidos sin recibir un euro a cambio. En todo caso, el problema no es la filtración o no, sino que en el Parlamento, desde hace tres décadas, se hayan instaurado la opacidad y la falta de transparencia sobre este asunto. De hecho, es la de las actividades privadas de los diputados la única comisión que se celebra a puerta cerrada, sin luz ni taquígrafos. Ahora, parece que se da un primer paso para acabar con el hermetismo. Eso se acordó ayer en la Comisión del Estatuto para, en un futuro, no sólo dar publicidad a las declaraciones de sus tareas profesionales, sino delimitar, concretar y limitar, «si procede, el régimen de compatibilidad de los diputados». Así lo dijo el socialista Frances Vallés, que preside esta opaca comisión.Vallés aprovechó para defender la honorabilidad de los parlamentarios, y abogó por dignificar el trabajo de la Cámara Baja. No obstante, reconoció que, hasta la fecha, se ha hecho una interpretación «muy amplia» del régimen de compatibilidades de los diputados, lo que puede haber dado lugar a situaciones que estén «en el límite». No está mal el reconocimiento después de 30 años de democracia. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
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