La crisis no frena la investigación en nuevos medicamentos

La industria farmacéutica planta cara a la crisis y, en vez de retroceder, apuesta seguro por el futuro. Así lo recogen las cifras de la encuesta sobre actividades en I+D de 2008 que ha presentado esta semana Farmaindustria –la patronal del sector farmacéutico– en su asamblea general en Madrid. El año pasado los laboratorios invirtieron en España 1.010 millones de euros, ya que un 85 por ciento se destinó a investigación clínica y el 15 restante, a investigación básica.Esta cifra supone un aumento del 9,6 por ciento en relación con el presupuesto destinado a I+D en 2007, cuando la inversión fue de 922 millones, y ha superado el techo de los mil millones «como ningún otro sector industrial ha sido nunca capaz en España», aseguró el presidente de la patronal, Jesús Acebillo, que al mismo tiempo mostró su optimismo de llegar a alcanzar una inversión de 3.600 millones de euros en los próximos tres años. Ante el actual periodo de crisis económica, el máximo responsable de Farmaindustria destacó que «la sociedad necesita que el sector concierte presupuestos bien definidos», lo que implica un continuo entendimiento con el Gobierno a través de la interacción con los diferentes ministerios, «no sólo en materia de I+D, sino en empleo».

La encuesta refleja que en 2008 la creación de puestos laborales aumentó un 3,9 por ciento en tasa anualizada entre 2006 y 2008, de los 4.786 empleos en I+D generados por la industria farmacéutica el pasado año, más de un 70 por ciento son titulados superiores.

Compromiso

Según los resultados de este informe, que aglutina a un total de 211 laboratorios farmacéuticos nacionales e internacionales, el 39,2 por ciento (395 millones de euros) fueron inversiones extramuros, es decir, contratos de investigación con hospitales, universidades y centros públicos, casi el doble de hace cuatro años, lo que, como advirtió Acebillo, demuestra la implicación de la industria con el Sistema Nacional de Salud. Las comunidades que más se beneficiaron de dicha aportación fueron Cataluña y Comunidad de Madrid, con 89,1 y 85,7 millones de euros respectivamente, seguidas de Andalucía (32,3), Comunidad Valenciana (31,1), Galicia (14,8), País Vasco (8,9), Castilla y León (6,5) y Cantabria (5,9). En cuanto a la inversión intramuros, que fue de 614,4 millones de euros, el 47,6 por ciento se realizó en Cataluña, el 42 por ciento en Madrid y el 10,4 por ciento restante en otras comunidades autónomas y en el extranjero.

Biotecnología

Como novedad este año, la encuesta sobre Actividades del I+D en 2008 del sector farmacéutico en España incluye un apartado exclusivo dedicado al uso de la biotecnología en la investigación. Así, en 2008 se invirtieron en España más de 192 millones de euros en biotecnología, lo que supone el 19,8 por ciento de la I+D farmacéutica nacional.

Seis de cada diez de los laboratorios farmacéuticos en España usa la biotecnología en la fase preclínica, con herramientas que en la mitad de los casos son propias. De ellos el 90 por ciento de las compañías que emplean la biotecnología en fase preclínica desarrollan total o parcialmente estas actividades en España. Por otro lado, el 72 por ciento de la muestra que usa la biotecnología en la fase clínica, y al mismo tiempo es un instrumento propio en la mitad (52 por ciento) de las herramientas empleadas.

El grueso de la inversión, en coherencia con el coste real de investigación de un nuevo fármaco, se dedicó a ensayos clínicos (453 millones de euros), «lo que supone que se ha duplicado en los últimos siete años (en 2005 esta inversión ascendió a 229 millones), mientras a investigación básica se destinaron más de 162 millones de euros».

Sin embargo, «en la fase de desarrollo de los ensayos clínicos se ha observado un cambio de tendencia clara», destacó Acebillo, ya que aumenta la investigación clínica en fases tempranas. De los estudios financiados, el 27 por ciento estaba en fase II y el 46,1 en fase III, mientras que sólo un 18,2 estaba ya en la última etapa de desarrollo (fase IV), diez puntos porcentuales menos que en 2002.