Fórmula 1
La Fórmula Uno a todo o nada
Madrid- La temporada 2009 se presenta como una de las más apasionantes de los últimos años. Los cambios técnicos tan radicales y la total ausencia de ayudas a la conducción provocarán un año muy intenso; y además, la Federación aprobó ayer en París un nuevo sistema de puntuación. El título lo ganará el piloto que más victorias acumule y sólo en caso de empate habrá que acudir a los puntos que haya sumado cada uno, cuyo sistema no varía respecto a otras temporadas. La medida provocará que los pilotos favoritos cambien el planteamiento de las carreras. Se terminó aquello de «nadar y guardar la ropa». Desde la primera cita veremos carreras más feroces y, conforme se acerque el final, los pilotos aumentarán esa agresividad para intentar ganar carreras. El sistema beneficia a los pilotos irregulares, pero sin duda aumenta el espectáculo. Aunque también corre el peligro de «cargarse» el campeonato a mitad de temporada, como ocurrió en 2004. Con este nuevo sistema, a Michael Schumacher le hubieran sobrado las cinco últimas pruebas. La asociación de equipos hizo público un comunicado en el que expresa su decepción y preocupación por las decisiones adoptadas. Gana el riesgo El pasado año Felipe Massa ganó más y eso le hubiera dado el título frente a Hamilton. Con este nuevo sistema, la FIA fomenta el riesgo, el todo o nada, porque a los favoritos sólo les valdrá la victoria y eso puede provocar maniobras y finales dignos de entrar en los anales de la historia de este deporte. Con el nuevo sistema, Alonso no hubiera perdido sus dos títulos, pero habría tenido que recurrir al desempate porque en sus dos campeonatos obtuvo el mismo número de triunfos que sus rivales, Raikkonen y Schumacher. En la consecución de sus dos títulos, el asturiano se caracterizó por su regularidad, sobre todo al final de la temporada. Los segundos pilotos adquieren mayor importancia. En caso de que el titular falle, una victoria de sus compañeros sería crucial porque ya no se trata de restar uno o dos puntos. La FIA apuesta por un sistema y lo sustituye por otro que el pasado regaló a la F-1 el final de temporada más apretado de su historia, cuando Hamilton ganó el título prácticamente en el último suspiro, en la penúltima curva. El otro inconveniente al que se enfrenta la FIA será controlar las órdenes de equipo. Que un piloto se deje adelantar para que su compañero sume una victoria y tenga más posibilidades al título es una peligrosa posibilidad que puede traer más de un quebradero de cabeza a los comisarios de la Federación, que no se caracterizan por su imparcialidad. Por otro lado, la FIA también aprobó el límite presupuestario para los equipos y una serie de medidas para acercar más los pilotos al público. Tendrán que atender más tiempo a los medios de comunicación y firmar autógrafos en línea de boxes los viernes. Serán actos oficiales que de no cumplirse acarrearán sanciones económicas. Ya le ocurrió a Lewis Hamilton, que llegó tarde tres minutos a una reunión y debió pagar 5.000 euros.
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