Crítica de libros
La foto
Cuentan que el mariscal Montgomery tenía sobre sus méritos de noche una foto de Rommel. Cada mañana lo primero que hacía era mirarla con respeto hacia quien era su enemigo.En el fútbol no debe haber enemigos, pero sí rivales y el símil me sirve para afirmar que a partir de ahora los entrenadores de primera división deberían poner al lado de su cama una foto de Pep Guardiola, quien ha sabido convertir un vestuario de niños mal criados y prepotentes en un equipazo que va a ganar todo lo posible. Es ésta una cuestión que no me produce especial alegría, pero que debo reconocer es justa.Como perico que ve el mundo en blanquiazul –los colores del cielo en su esplendor y el mar infinito– nada de lo azulgrana me resulta propio, pero la verdad es la verdad, y en este caso la verdad tampoco nos perjudica porque sólo nosotros fuimos capaces de derrotar a la perfección hecha equipo en su propia casa entre gritos de «a segunda, a segunda». Ganamos allí y nos quedaremos en primera, tal vez gracias a esos puntos. Sólo nosotros cuando estábamos desahuciados hicimos enmudecer al Camp Nou. Nosotros demostramos a los mejores que eran mortales. Guardiola, que es inteligente, a buen seguro aprendió de ello, por eso tal vez y aunque sea pequeñita no descarten que duerma con una foto de Pochettino en su mesita de noche.
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