Europa

Bruselas

LA I+D deberá esperar

El fracaso de la estrategia de I+D de la UE, justo cuando se celebra el año de la Creatividad y la Innovación, dejará este tema pendiente para la próxima Legislatura. En toda Europa, la inversión I+D debía llegar al 3% del PIB y se mantiene en 1,84%.

La Razón
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Bruselas- La Estrategia de Lisboa, la hoja de ruta para convertir a la UE en líder mundial de la economía del conocimiento en 2010, va camino de morir de inanición por falta de voluntad. La vergüenza impedirá a los líderes europeos, en Bruselas o en las otras capitales, acudir al funeral de esta estrategia, vendida hace una década como el gran plan de ataque para competir en el siglo XXI. «Han faltado acciones, objetivos y calendarios», resume el eurodiputado español José Manuel García Margallo.Según el cuadro europeo de indicadores de Innovación de 2008, la inversión en I+D se mantiene en Europa en el 1,84 por ciento del PIB, lastrada por el escaso nervio del sector privado, frente al 2,6% de EEUU. El objetivo se situó en llegar al 3%.Margallo critica que las instituciones se están centrando demasiado en buscar soluciones para la crisis, en vez de pensar ya en un nuevo plan «que incluya sanciones, también pecuniarias», ya que en su opinión saldremos del bache y nos encontraremos en medio de un desierto productivo. Éste será, en su opinión, uno de los desafíos de la Eurocámara para los próximos cinco años.Los campeones de la innovación continúan siendo los países nórdicos (Suecia, Finlandia y Dinamarca), además de Alemania y Reino Unido. Otros como Rumania y Bulgaria son los que han experimentado una mayor subida, por encima del 7%. El caso español representa a la perfección los males del cuadro clínico de la I+D en la UE. Excesivamente dependiente del impulso público, que incluye los fondos europeos; escasa inversión empresarial y una interconexión deficiente en la transferencia de conocimiento entre los centros de investigación y las empresas. Los datos sitúan la inversión en investigación en un 1,3% del PIB.La solución, según coinciden políticos y expertos, se encuentra en las manos del sector privado. Janez Potocnik, el comisario responsable de Investigación, ha pedido una mayor implicación de la industria de alta tecnología. A día de hoy, este área de negocio representa el 12% del PIB europeo, frente al 18% de EE UU. Por su parte, Elena Bou, profesora titular de ESADE, opina que «las pymes ven la I+D aún como algo lejano, preocupadas por el día a día». Y las grandes empresas «orientan sus esfuerzos a la obtención de recursos externos, públicos, para proyectos concretos».Recomienda, especialmente en este periodo de sequía económica, modelos cooperativos entre las firmas, «la creación redes de innovación, que además generarían un conocimiento más creativo, y distribuirían los costes y los riesgos».Desde el sector público, los Estados miembros dieron un paso en esta dirección este viernes al crear la base legal para la creación de un Consorcio de Infraestructuras Europeas de Investigación. Los Veintisiete quieren establecer instalaciones conjuntas de investigación, desde bancos de genoma hasta superordenadores, pero la maraña legal dificultaba el proceso hasta ahora. La Unión ha allanado el camino para pegar un acelerón, a través de las 44 instalaciones que ha priorizado en física, energía o tecnología.De momento, la UE tendrá que pasar el mal trago de Lisboa, poniendo además buena cara, ya que este 2009 celebra el año de la Creatividad y de la Innovación. Visto que en la segunda ha fracasado, los líderes europeos se podrán refugiar en la primera ya que, como dijo Albert Einstein, «la imaginación es más importante que el conocimiento».

Una asignatura pendiente- España representa los males del problema general: excesiva dependencia pública y escasa inversión privada.- Los especialistas advierten de que, tras las crisis, puede generarse un desierto productivo. - La Unión ya tiene desde el viernes un camino para pegar el acelerón en física, energía o tecnología.