La primera reválida

Galicia y Euskadi son dos citas que trascienden la esfera autonómica. Por primera vez desde las generales, se vaticina un auténtico cambio. Y los ciudadanos pueden pasar factura a un Gobierno en plena crisis, incapaz en su manera de combatirla, frente a un PP con medidas sólidas, ferozmente acosado por la tormenta de la corrupción y ataques judiciales altamente censurables. Zapatero, muy nervioso en el final de la campaña, y Rajoy, mucho más tranquilo, asisten en estas elecciones a una gran reválida. Los gallegos, sumidos en una profunda recesión, anclados en el atraso industrial y económico, han sufrido un Gobierno ineficaz, entre lujos y despilfarros de «señoritos» de izquierdas. Cuando Zapatero proclama que votar a Touriño es como elegirle a él, se cava su propia fosa. Es posible que así sea, con el consiguiente castigo. Ello favorece al PP, que ha realizado en Galicia una magnífica campaña, con un partido renovado y un líder, Núñez Feijóo, que ha hecho de la crisis y la honradez su mejor bandera. En el País Vasco, Zapatero asiste a otra prueba: el resultado de su proceso de paz. Con las arcas llenas y un buen nivel de prosperidad, queda la incógnita de hacia dónde irá el voto «abertzale» y si el PNV sale de Ajuria Enea. Gallegos y vascos tienen en sus manos un examen en toda regla.