Prevención

La «receta» para prevenir el cáncer

Dulce RAMÍREZ PUERTAGrupo de Actividades Preventivas de Semergen Al llevar una dieta sana y equilibrada y, al mismo tiempo, evitar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol se consigue «esquivar» los dos tumores más frecuentes en la población española, el de pulmón y el de colon

La «receta» para prevenir el cáncer
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El cáncer consiste en el crecimiento y proliferación descontrolada y anárquica de células anormales, que llegan a invadir los tejidos. Debemos desmitificar esta palabra de las connotaciones negativas; pues, si bien en nuestro país representa la segunda causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares, también lo es que cada día se consigue que las muertes por un determinado tumor sean menores, gracias a los avances científico-médicos, y sobre todo, al énfasis en su prevención.

Dentro de la prevención de las enfermedades, y también del cáncer, hablamos de diferentes niveles: prevención primaria, secundaria y terciaria. Actuamos mediante una intervención primaria cuando desarrollamos una serie de actividades enfocadas a evitar que se desarrolle el tumor. En este nivel los avances actuales han desarrollado desde vacunas para aquellas formas en los que los agentes infecciosos son la causa principal, como en el caso del cáncer de cuello uterino y la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) hasta los progresos alcanzados en el conocimiento del mapa genético y su implicación en algunos tipos de cáncer. De este modo, la localización de ciertos genes en un individuo y su asociación a un tipo concreto de tumor, determina una serie de procedimientos enfocados a inhibir su aparición, o en su defecto, al diagnóstico precoz.

Sin embargo, la mejor prevención primaria está al alcance de todos. Unos hábitos saludables, incidiendo particularmente en la abstención del tabaco (principal agente cancerígeno) y del alcohol, junto a una dieta rica en fibra y baja en grasas, ejercicio mantenido y protección ante la exposición solar constituyen la mejor forma de ofrecer resistencia a la enfermedad, sobre todo si tenemos en cuenta que los tipos más frecuentes en la población española son el de pulmón y el de colon-recto.

Hablamos de prevención secundaria si, a pesar de que ya se haya desencadenado la patología, nuestras actuaciones van dirigidas al diagnóstico y tratamiento precoz de las mismas. En este sentido, aunque en una fase temprana el cáncer no presenta síntomas, para detectarlo se precisa que la población sana de riesgo se someta a una prueba o test, generalmente de fácil realización. Por ejemplo, la citología en el despistaje de cáncer de cuello de útero, o la mamografía en el de mama. Gracias al diagnóstico precoz, los tratamientos necesarios serán menos agresivos y eficaces. Además, junto a la prevención terciaria, encaminada a evitar las complicaciones y el desarrollo de la enfermedad, tales como los grandes avances en la cirugía y en los tratamientos de quimioterapia, hoy por hoy podemos afirmar que más de la mitad de los cánceres se curan completamente y para siempre.

*Colaboración de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen)

 

5 CLAVES

 

1. RiesgosAparte de los factores genéticos, existen los ambientales que contribuyen en la aparición del cáncer: el consumo de tabaco y alcohol, una dieta rica en grasas y baja en fibra, la obesidad, el sedentarismo, la exposición no controlada a la luz solar.

2. Tabaco El tabaco es el principal agente cancerígeno. El riesgo de muerte en fumadores frente a los que no lo son es casi del doble; éste disminuye y tiende a igualarse al dejar el hábito.

3. Tratamiento El tratamiento eficaz del cáncer debe dirigirse no sólo al tumor principal, sino también a los tumores que puedan aparecer, por extensión, en otras partes del organismo (metástasis).

4. Edad No existe edad para el cáncer, pero sí edades de mayor riesgo para el desarrollo de ciertos tumores. Así, en el caso del cáncer de próstata, es raro que éste se presente antes de los 50 años.

5. Mujer Lo que más ha servido a la disminución de la mortalidad ha sido el cribado, mediante la citología en el cáncer de cuello de útero, y la mamografía, en el de mama.