Los impuestos

Las épocas de crisis suelen alimentar las tentaciones intervencionistas de los gobiernos, sabedores de que su papel protagonista es reclamado desde casi todos los estamentos de la sociedad. La semana pasada, el Consejo de Ministros sorprendió a todos con un ejercicio de realismo económico al que no nos tenía acostumbrados en los anteriores cinco años. Las cosas van mal. Las pérdidas del ejercicio van a rondar los 90.000 millones de euros y no está muy claro que lo peor haya pasado ya. Por lo que pudiera venir, el Gobierno decidió, de momento, subir algunos impuestos especiales. Lo más fácil, seguro y rápido. No queda tan claro que los objetivos de mayor recaudación por esta medida puedan ser los fijados por el Gobierno, que no ha contado con la posibilidad de que el consumo, al menos de tabaco, se contraiga. Antes de la próxima reunión del gabinete, el Gobierno tendrá que volver a escuchar al gobernador del Banco de España, con quien mantiene diferencias casi insalvables en su percepción de la situación y someter a votación su nuevo cuadro macroeconómico y las medidas que le acompañan. En la oposición se están frotando las manos ante la posibilidad de que Elena Salgado decida subir la fiscalidad a las rentas más altas, una medida que consideran propia de un Gobierno de izquierdas. En su opinión, una decisión en esa línea podría hacer perder buena parte de los votos que el centro «ha prestado» al PSOE en las últimas elecciones generales.