Mascarada

Si con lo que está cayendo los agentes sociales no han sido capaces siquiera de firmar un acuerdo de mínimos es que la economía española lo que necesita no es un pacto sino un exorcismo. Ni con la tripa llena consiguió el presidente del Gobierno que empresarios y sindicatos sellaran un pacto a sólo unas horas de que se conociera que en los últimos doce meses más de 1,7 millones de trabajadores han perdido su puesto de trabajo y de que más de 1,1 millones de familias tienen a todos sus miembros en edad de trabajar en el paro. El miércoles próximo se cumplirá un año de la firma de la «Declaración para el impulso de la economía, el empleo, la competitividad y el progreso social» con los mismos actores y con una economía menos «tocada». Me cuesta creer que, con 4,13 millones de parados, un PIB que aún no ha tocado fondo y con el sector financiero tocando a rebato, los planteamientos estén tan alejados el uno del otro que hayan impedido la foto más buscada por Zapatero. El viernes se acabó el diálogo social y la mascarada impulsada desde Moncloa en los últimos dos meses. ¿Se atreverá el Gobierno a bajar medio punto las cotizaciones sociales ahora?