Nueva York
«Merecemos una recompensa»
Cuando habla del «Cisne Negro», Stemm, no puede evitar mencionar varias cosas. La primera que no sabe la identidad del naufragio. La segunda es preguntar que «qué va a hacer un gobierno con tantas monedas». Y la tercera hacer hincapié en que «siempre hemos disfrutado de una buena relación con el Gobierno español. Hemos invitado al Ministerio de Cultura a participar en la misión que descubrió el "Cisne Negro"». Parece que algo se torció ya que a su juicio «la controversia convirtió (este naufragio) en un blanco fácil de los funcionarios (del Gobierno) que lo querían usar para ganar influencia política». Stemm está en Nueva York, donde su empresa cotiza en Bolsa con el símbolo de OMEX. Tras el hallazgo del «Cisne Negro», vio cómo sus acciones se revalorizaban. Ahora está pendiente de cómo se resolverá el litigio con España. –¿Cuándo revelará la identidad del «Cisne Negro»? ¿Es el Nuestra Señora de las Mercedes?–Es la teoría principal. Pero no estamos seguros. Sabemos que la fecha en la que están acuñadas las monedas del «Cisne Negro» es la misma de la misión del Nuestra Señora de las Mercedes. Esto podría ser una mera coincidencia o algo más. –¿Qué es lo que querría hacer con el «Cisne Negro» en caso de que España tuviese derechos?–Me gustaría llegar a un acuerdo. Odyssey haría una proposición para que las piezas de importancia cultural fuesen guardadas por España u otro gobierno que tenga interés como Perú o Bolivia. –¿Qué porcentaje del tesoro le gustaría tener?–Si hacemos un trabajo arqueológico y de conservación caro, creo justo que recibamos una recompensa. Si España cree que todas las monedas de un naufragio español deben mantenerse en una colección, entonces se nos podría compensar de otra forma. Es la base del acuerdo que tuvimos con el Gobierno de Reino Unido y que hemos propuesto a otros. –¿Qué relación mantiene con el Gobierno de España?–No ha ocurrido nada para que estemos enfadados. Presentar la documentación ante el juez es un mecanismo legal para que haya control. Cualquiera en Internet puede ver objetos (procedentes de naufragios). La gente los coge y los vende. Se nos ha castigado por hacer las cosas de forma correcta. –¿Le molesta que algunos le llamen pirata?–Sí, no es verdad. Siempre trabajamos con los gobiernos. –¿Cómo ve su relación con España en el futuro?–En el pasado hicimos una serie de propuestas para ayudarles a encontrar y proteger sus naufragios. Tenemos mucho conocimiento y capacidad técnica, podemos ser muy útiles al gobierno español. –La Unesco ha sido muy dura con los «cazatesoros». ¿Va a seguir sus normas?–Respaldamos los principios de la Unesco. Hemos conducido nuestros proyectos bajo esas reglas. Pero se ignoran las amenazas reales, que son la naturaleza o las construcciones marinas, y no los exploradores del sector privado. Lo triste sobre la Convención de la Unesco es que la gente que la desarrolló, lo hizo antes de ver naufragios.
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