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Mucho más que hoteles con SPA por José Antonio Vera

Mucho más que hoteles con SPA por José Antonio Vera
Mucho más que hoteles con SPA por José Antonio Veralarazon

Hay que reconocer que, como potencia turística, España está también a la cabeza de los hoteles de salud, entendiendo por estos aquellos en los que no sólo se puede uno bañar en un spa, sino que además están especializados en todo tipo de terapias. Hay en España hoteles y clínicas absolutamente recomendables, auténticos maestros en las terapias con aguas y barros, y otros en los que uno puede aprender a comer saludablemente, a hacer régimen, a practicar ejercicios con entrenadores personales, a practicar chequeos completos para evaluar como va nuestra salud. Algunos son caros, e incluso muy caros, pero últimamente la oferta se ha ampliado de manera considerable, por lo que también hay muchas más posibilidades de encontrarlos a precios comedidos. La estrella de los tratamientos en los hoteles de salud sigue siendo, con todo, la hidroterapia. En España tenemos una gran tradición en este ámbito, pues contamos con una extensa cadena de balnearios especializados en el uso de todo tipo de aguas para numerosísimas enfermedades, que son de demostrada eficacia. Los balnearios vienen a ser en realidad los herederos de la gran tradición termal de los griegos, los romanos y los árabes, verdaderos expertos en las terapias con agua. Son míticas las termas romanas de Caracalla, Diocleciano y Trajano. También los baños árabes. Hace más de dos mil años que el padre de la Medicina, Hipócrates, empleaba el agua para curar a los enfermos. Mucho después el labriego Priessnitz, criado en una aldea de la Silesia austriaca, se hizo famoso por recorrer todo el mundo tratando las más complicadas afecciones con hidroterapia, en especial las lesiones usando compresas con agua helada. El reverendo Kneipp, que acostumbraba a andar descalzo sobre el rocío y a chapotear en los arroyos, creó escuela al demostrar las auténticas bondades de la hidroterapia sobre los cuerpos oxidados. Y es que los balnearios y los modernos hoteles con spa no son sólo lugares de retiro. Sus aguas reponen de verdad. Fortalecen. Escribió Leonardo que el agua es la sangre de la naturaleza, y que por eso es fundamental. Para la vida, por supuesto, y también para la salud. Un mes junto al mar con baños diarios suele tener un efecto rejuvenecedor, y con frecuencia nos cambia el humor a mejor y nos sentimos más a gusto con nosotros mismos. Por supuesto descansamos mucho más, siempre y cuando nos propongamos hacerlo sin atosigarnos con programas ruines o estresantes.

 

He tenido la ocasión de experimentar en ocasiones con auténticas terapias de agua, controladas y prescritas por especialistas médicos, y debo reconocer que el resultado fue siempre excelente. Duermes mejor, descansas de verdad, y hasta comes con más ganas, además sin engordar. Hacer ejercicios en el agua, en el mar o en piscinas, es ideal para mantenerse en forma. La explicación está en el principio de Arquímedes: todo cuerpo sumergido en un líquido pierde una parte de su peso igual a la del peso del volumen desalojado del líquido. En el agua dulce el peso de un hombre de 70 kilos queda reducido a una décima parte. Supone, por tanto, un menor esfuerzo de los miembros y aumento de resistencia en los movimientos de introducción, lo que se aprovecha con gran eficacia para el tratamiento de lesiones musculares u otros problemas articulares. Pero no podemos tomarnos a risa la hidroterapia. Es aconsejable que sea controlada por especialistas. Entre otras cosas, porque tiene efectos mecánicos que incluso se manifiestan en el sistema arterial y en el venoso. Hay una acción sobre la circulación periférica que origina un notable aumento de la irrigación sanguínea en la zona de las coronarias y en la cabeza, en ocasiones con efectos no deseados.

 

Entre las indicaciones terapéuticas, las irrigaciones de agua son vasorreguladoras, hipodérmicas, analgésicas, espasmolíticas y sedantes. El agua fría va bien para las inflamaciones agudas bacterianas, en tanto que el agua caliente actúa razonablemente en los casos de trofismo muscular, amen de ser un sedante general y contribuir a la mejora de la función sexual y reproductora. Por el contrario, la adicción exagerada a los baños constituye un peligro para la piel, pudiendo determinar un mayor riesgo de deshidratación y facilidad para las infecciones con hongos y bacterias.

 

Por eso es tan importante que el tratamiento hidroterápico esté controlado por un especialista, algo que suele ocurrir en los balnearios y establecimientos reconocidos.