Barcelona

No es un jeque todo lo que reluce

J. B. y M. T. engañaban a los clubes de fútbol prometiendo contactos con multimillonarios árabes

No es un jeque todo lo que reluce
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Cuentan que una vez J.B.y su antiguo jefe Josep Xicola fueron al puerto de Barcelona a simular que compraban un yate. Lo probaron, como se hacen con los coches, disfrutaron de su lujo, del camarote, se hicieron fotos y después de dar una vuelta, se fueron sin intención de comprarlo. Ambos ya sabían que con las apariencias se puede conseguir casi todo. El currículum que J.B. ha colgado en Linkedin, una red de internet para buscar trabajo, es impresionante, igual que el de su compañero M.T., también detenido esta semana por estafa, entre otros delitos. Ambos currículums se pueden leer en inglés y son interminables. Su vida, en realidad, es más prosaica: después de varios negocios como Alquiler Center y otras inmobiliarias, tras las que ha dejado un reguero de afectados exigiéndoles sueldos no pagados, ambos descubrieron que se podía hacer negocio en el mundo del fútbol, un mundo necesitado de dinero y dispuesto a creer en cuentos de hadas.Los clubes tienen dificultades económicas y él dice ser un experto en ese trance. Según una de sus páginas en internet, es un profesional especializado en empresas a punto de quebrar: «Somos Batallajuanola, con sede en Barcelona, Madrid y Londres, somos líder en la compra de empresas. No importa el estado ni la situación». Contra el paroÉl mismo se define como «un referente de la gestión contra la crisis» y estaba escribiendo un blog que se llamaba «Batalla contra el paro», en el que analizaba la situación económica del país. Todo tiene pinta de estar muy cuidado, de profesionales preparados para luchar contra la crisis.Ahora bien, si se pincha en un par de enlaces de la página, por ejemplo, en el de Alquilercenter, la antigua empresa de J.B., este no lleva a ningún sitio. Vacío.Fue en Fincas Corral, de Josep Xicola, cuando J.B. empezó a tener noticias de la Justicia y su nombre apareció en los medios, aunque no fue como imputado. Era director general de la empresa con la que Xicola estafó 25 millones de euros a 500 personas. El truco de adquirir empresas con dificultades se llevó a la perfección en Fincas Corral: consiste en comprarlas a cambio de una comisión, cargar en ellas más gastos aún y, por último, intentar colocarlas a un hombre de paja, que cargue con la quiebra. Si hay una empresa con problemas, ahí aparece J.B.. Lo hizo cuando Air Comet estaba a punto de cerrar, según él representando al fondo luxemburgués Real Estate Distressed Fund. Pero no se llevó a cabo al no poder demostrar que ese fondo existiera. El fútbol le esperaba. Era un plato más que apetitoso para entrar y darse popularidad. Un plato donde, además, no exigián muchas comprobaciones. Primero lo intentó con el Mallorca. Apareció junto a M.T. para comprar 1.500 pisos, pero como no salió, se fijó en el club de fútbol, para el que Alemany, entonces presidente, buscaba comprador. «Sólo son dos personas que han venido a hacer publicidad a costa del Mallorca, ya tienen la foto que querían, pero no tienen ni una sola posibilidad», decían desde el club al «Diario de Mallorca». El negocio era simple: prometían contactos con multimillonarios árabes, a cambio de una comisión del 5 por ciento de la suma comprometida por los inversores. Al igual que ha sucedido en Inglaterra o con el Málaga o el Racing, la moda de negocios con empresas de Oriente Medio hacía crédulos a los dirigentes de fútbol necesitados. Sólo había que dar la apariencia de que tenían contactos. Dar la impresión, parecer. Y eso lo hacían a la perfección.¿Millonario o camarero?Incluso hasta tenían un jeque a mano si hacía falta. Era fácil: iban a un bar cercano a su oficina en el Paseo de Gracia en Barcelona y por 50 euros convencían a un camarero brasileño para que se disfrazase. Los dirigentes del Palafrugell no distinguieron entre un brasileño y un jeque y firmaron mientras se hacían la foto. El Palafrugell es un equipo muy modesto que se dejó embaucar por los cantos de sirena: «Batalla-juanola quiere fusionar clubes de fútbol como los bancos», decía en su nota de prensa. Y añadía: «No se descarta vender parte de las acciones adquiridas a alguno de los grupos internacionales de Emiratos Árabes Unidos». «A la firma asistió Mohamed Mubarak, de un consorcio de Dubái». En realidad brasileño, en realidad camarero.Con los clubes grandes se lo montaban mejor y organizaban un viaje Dubai, a un hotel de seis estrellas. El Espanyol fue pero pese al lujo, vio algo que no funcionaba. El Getafe picó algo más: hasta que vio que no había fondos en los cheques prometidos. Un engaño. Detrás de la apariencia, no había nada.