España
«No se editarán autores clásicos porque ya nadie los leerá»
Hace veinte años impartía clases a estudiantes procedentes de EE UU y tenía que enseñarles quienes eran Abel y Caín. «Eso es lo que ocurre ahora mismo en nuestro país», asegura. Rosa Navarro Durán, Catedrática de Literatura Española en la Universidad Central de Barcelona, advierte ahora sobre la degradación de la educación en colegios y universidades. Un hecho sin precedentes que no encuentra eco en el debate político. «Si no se saben los mitos, no se conoce la Biblia y se carecen de referencias culturales, ¿cómo se va a entender el Museo del Prado?». El problema no es local, repercute en toda la cadena educativa. «Los políticos creen que tienen derecho a hacer cosas. Quizá para que se note su presencia y lo cambian todo. No piensan que quitar una pieza básica de la enseñanza, una sola asignatura, tiene claras repercusiones».
Comprensión
Los datos del informe PISA arrojan luz sobre esas consecuencias. España está muy por debajo del promedio indicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). «Los niños desconocen la historia de nuestra literatura. Cada vez entienden menos lo que leen, y tienen también menos comprensión de los textos literarios». Uno de los problemas es la reducción de Lengua y Literatura a una sola asignatura. «Se reducen las horas y a los estudiantes no les merece la pena esforzarse en una aginatura que abarca una época tan grande y que puntua tan bajo». A partir de ahí se amontona el despropósito. Estudiantes con peor preparación, índices de lectura bajos, aulas cada vez más vacías en Humanidades y la dificultad de las editoriales para publicar los clásicos. «No se publicarán a los grandes autores, porque nadie los leerá, y las editoriales también son empresas». El ejemplo es la absorción por grandes grupos de Gredos y Castalia. «En la primera, de momento, ha descendido la publicación de ensayos. Sólo nos queda Cátedra y si no hay ventas dejarán de publicar estas obras». El siguiente jalón será que sólo las editoriales universitarias, «que tienen mala distribución», editarán los estudios. «Los alumnos universitarios no saben de nada hoy –dice Navarro Durán–. No pueden leer a los clásicos del Siglo de Oro. Estamos perdiendo riqueza cultural. Si se cerrara un día el Prado, protestaríamos todos. Pues esto es lo que pasa con los libros. Un libro cerrado no sirve para nada. No conocen nada de nuestra cultura, y no saben expresarse. Nos estamos empobreciendo».
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