Literatura

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Pla frailes y calentadores

La Razón
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Siempre es un placer tener una nueva edición de Josep Pla en las manos, un autor que él mismo es una literatura y una manera de estar por el mundo. Y no es en este caso un lugar común para salvar la frase cuando cae por el precipicio. Pla es el gran prosista de la literatura española y catalana, para no complicarnos en fórmulas con alta sensibilidad política. BackList, un nuevo sello para recuperar textos que se encuentran empolvados en las librerías (aunque la obra de Pla sopla sobre todos los olvidos), publica, en un solo volumen, «El cuaderno gris», «Notas dispersas», «Notas para Silvia» y «Notas del crepúsculo». Estos cuatro libros corresponden a la parte más autobiográfica del escritor ampurdanés, que es la que define esa especie de digresión íntima pero mirando el paisaje, descreida y distante. Leo ahora en «Notas dispersas» una observación sobre los payeses y sus inclinaciones religiosas, que podríamos aplicarnos. «Los payeses consideran de lo más natural que en la parroquia de la que forman parte haya un párroco... pero no significa que sean anticlericales a su manera». Sobre todo, añade, «cuando se trata de poner de manifiesto el deslumbramiento que siente por el dinero». Y recuerda que la sotana es el único «uniforme» que un payés catalán ve con naturalidad. Su refranero es rico («Humo de altar, butifarra a guisar») y un «frare» (fraile) es el artilugio para calentar la cama. Pla, altos vuelos con los pies en la tierra.