Puñetazo de Ferrari

La Federación Internacional del Automóvil (FIA) está provocando un verdadero cisma en la Fórmula-1. Primero fue el radical cambio de reglamento técnico que este año ha producido toda una revolución de resultados en los circuitos y ahora es su proyecto para el año 2010 el que ha hecho estallar a equipos como Ferrari. La FIA pretende establecer dos tipos de presupuestos: uno limitado a 45 millones de euros que ofrece a los equipos cierta libertad para entrenar y algunas ventajas a nivel aerodinámico; y otro sin límite, que es más restrictivo con los monoplazas. Todo un disparate en el que Ferrari no quiere participar.

 Por eso, ayer emitió un comunicado en el que amenaza con marcharse de la Fórmula-1 si se llevan a cabo estas medidas. El objetivo de la federación es reducir drásticamente el gasto en la F-1, pero el camino que ha elegido no es del gusto de todos y escuderías como Red Bull, Toro Rosso y Toyota ya realizaron la misma advertencia. Los nervios están a flor de piel, y todo lo ha provocado, entre otras cosas, el lío de los difusores.

Escuderías como Ferrari, McLaren y Renault se sienten engañadas y los rumores apuntan a que equipos como Brawn GP sabían de antemano que la federación daría por bueno este elemento. Con esta maniobra, la FIA demostró que cualquiera puede ganar en este deporte, aunque su presupuesto sea el más bajo. Pero la realidad es bien distinta. Si esa cuestión hubiera quedado clara desde el principio, los resultados hubieran sido otros.

Por otra parte, las gestiones para que haya un equipo español de F-1 van muy bien encaminadas. Así lo afirma Joan Villadelprat, presidente de Epsilon.