Religion

Quiénes vamos a ser siempre

La Razón
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El presente, el único tiempo que poseemos, es fugaz. Lo que acabo de escribir ya pertenece al pasado. Pero el ser inteligente, que es la persona, prolonga hacia el pasado lo importante mediante la memoria; y anticipa el futuro, con la ilusión y la espera. Entramos en el nuevo año agradeciendo cuanto recibimos del Padre Dios, poniendo en sus manos misericordiosas lo que esperaba de nosotros y no realizamos, y agradeciendo el existir, porque fuimos pensados por él desde la eternidad, para seguir existiendo ante él más allá de esta vida.
Este convencimiento brota del hondón de nuestra alma. Que la vida terrenal no es un mero transcurrir del tiempo, sino que consiste en decidir «ahora» quiénes vamos a ser «siempre». Cristo no ha venido solamente a quitar el pecado, sino a santificar el mundo. Que sentir su misericordia no nos aleje de intentar llegar a ser cómo el nos ha soñado. Porque, dada su omnipotencia, nos podríamos preguntar sorprendidos: ¿Por qué se interesa por mí? ¿Por qué ha llegado hasta la cruz por nosotros? El misterio del Dios amor está en la radicalidad del don de sí a nosotros.
Sin angustiarnos, tampoco hemos de dejar que un nuevo año sea como el ya transcurrido, puesto que Dios, a la vez que nos desea mejores, nos brinda el apoyo de la «gracia», que supera nuestros errores y debilidades. Pero hay que abrirse a esa gracia. No podemos olvidar los males que oprimen a nuestra cultura, ni pensar que bastan nuestros trabajos evangelizadores para liberar el mundo del mal, sin que nuestras manos se abran también a la alabanza y a la invocación del don que viene de lo alto, porque el desarraigo del mal supone la recuperación de los valores supremos y de la superación del ateísmo y nihilismo que impregnan la sociedad. Creemos que nos podemos liberar del pasado y renacer, sea cual fuere nuestra situación. Pues deseamos realizar nuestra vida como el Señor quiere.

Card. Ricardo M.ªCARLES