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Sevilla

Robben y Huntelaar reconstruyen

En Anfield, al Madrid le pilló el toro y en San Mames, se levantó y venció 

Robben y Huntelaar reconstruyen
Robben y Huntelaar reconstruyenlarazon

Sólo durante 15 minutos, los primeros, el Athletic, cuchillo entre los dientes, fue superior al Madrid, sostenido en esos instantes, que nunca fueron críticos, por Lass. Cuando entró en acción Robben, el partido cambió de dueño. El chupón era un genio, lo que siempre fue. Luego Heinze hizo un gol a Iraizoz y otro a Casillas, que «expulsó» a Yeste. No obstante, empató Llorente; pero jugaba Huntelaar. El ariete toca pocos balones, no le envían muchos, pero si está dentro del área los convierte en gol. Hizo dos. Y el quinto, Higuaín, de penalti (2-5). El Madrid sigue en la Liga.Metzelder por Cannavaro, lesionado; Huntelaar por Higuaín, decisión técnica; Sneijder por Gago, sancionado. Marcelo y Robben, titulares; también Raúl, siempre; y Casillas, debutante imberbe hace diez años en San Mamés, imprescindible. Ausente, Guti, cuya enésima lesión resulta sospechosa en algún sector, sólo porque fue sustituido en el derbi y sustituto en Anfield, con 3-0. El resto, control en torno a Lass, devoción raulista, ansiado oportunismo huntelaariano y el vigor de Sergio Ramos. Enfrente, el Athletic que despellejó al Sevilla.He leído a Joan Golobart que los automatismos entrenados no convierten al futbolista en autómata, sino en un jugador mucho más rápido, fulgurante. El Madrid padeció en Anfield la robótica del Liverpool, «intensidad y celeridad», ni una concesión al pensamiento... Pues el Madrid de Juande, aún por asimilar su método, se tiene que parar a pensar y su calidad individual choca con la humildad y el esfuerzo de equipos como el Athletic, puro gasto, sudor extremo. Se vio en la Copa.Los equipos, cuando gustan, cuando ganan de memoria, son «máquinas», «funcionan como un reloj»... El de Caparrós lo corroboró frente al Sevilla; el de Juande, o se adelanta o se para, no es puntual ni regular. Pero lo intenta, trabaja en ello, y fruto de esa labor es que a los 34 minutos ganaba (0-2) en San Mamés.Comenzó el partido con brusquedades, tosco, con bofetones de Lass a Javi Martínez y de Huntelaar a Amorebieta, y patada por detrás de Koikili (tarjeta amarilla) a Robben en los primeros cinco minutos. Hubo también un exceso de Heinze, que tiene más peligro que Sor Citroën con un Fórmula Uno, en su área que sólo se ve por televisión. Además, un par de intervenciones de Casillas. Hasta cumplido el cuarto de hora el Madrid no salió de su campo, encerrado en él por el ímpetu rojiblanco. Hasta que entró en acción Robben. Koikili tenía que andar con cuidado, estaba advertido, y el holandés aprovechó un pase en profundidad de Sneijder, corrió la banda, dejó atrás al marcador, entró en el área, se fue hacia el centro, como de costumbre, y soltó un zurdazo que Iraizoz no vio. Jugada típica del tulipán. Y que le llamen chupón.En el área contraria Llorente no había tocado el balón aún cuando, después de que Ocio sacudiera a Sneijder, éste lanzara una falta que Heinze, impetuoso y por una vez acertado, convirtió en el segundo gol con un remate de cabeza. El Madrid de Anfield estaba reconstruido. Aquella cornada sólo tenía una trayectoria...Sin automatismos, sin pararse a pensar, lo cual traería consecuencias, el Athletic acortó distancias, gracias al autogol de Heinze, y se quedó con diez. Fue algo fulgurante: Casillas salió a protestar porque Sneijder estaba en el suelo y Yeste le dio un empujón. Iker, algo impropio en él, teatralizó, se llevó la mano a la cara. Muñiz Fernández, más confuso según avanzaba el encuentro, expulsó al bilbaíno. El Athletic se quedo con diez a los 36 minutos y empató en el tiempo añadido. Cabeceó Llorente y Casillas falló.Sin rumbo, diez contra once, 2-2, signo incierto, Balenciaga por Koikili, amonestado, así comenzó la segunda parte, que a los dos minutos registró el tanto de Huntelaar, quien con su tiro raso y pegado al palo dejó seco a Iraizoz. De nuevo el Madrid por delante, sostenido por el trabajo impagable de Lass, espléndido; por la labor incansable de Sneijder, arriba y abajo, brillante; por la velocidad endiablada de Robben y el olfato de Huntelaar, que volvió a dar en la diana (2-4) y sumaba así su sexto gol, éste a centro de Robben, en las últimas cinco jornadas. Frente a todo eso, los arrebatos de Heinze, que hizo penalti a Amorebieta, y la fragilidad defensiva del Madrid. También notaba la presencia de Metzelder.El Athletic, más corazón que cabeza, se vio superado con 11, y derrotado al quedarse con 10. El Madrid marcó el quinto de penalti (Higuaín) y, tras el tropezón en el derbi, fuera de Europa vive en Liga, si el Barça lo permite.