Sevilla

Silencio municipal ante sus «deudas históricas»

Los sevillanos con quejas al Defensor se sienten ignorados

Silencio municipal ante sus «deudas históricas»
Silencio municipal ante sus «deudas históricas»larazon

Un mes después de la presentación en sociedad de la memoria de 2008 del Defensor del Ciudadano, el último Pleno «tomó conocimiento» sobre la labor de un organismo cuya actividad resulta efectiva y bien valorada. Así lo reflejan las cifras del pasado ejercicio, pero también evidencian que los servicios municipales deben esforzarse más para atender a la Oficina y, por tanto, a unos demandantes que son más que un número de expediente.Buena fe de ello dan los autores de las quejas «históricas», o sea, de aquellas que llevan demasiado tiempo sobre la mesa del Defensor sin solución por la lentitud o desidia municipal. Es lo que está ocurriendo a los padres y madres de los alumnos del colegio Joaquín Benjumea Burín, que acudieron en 2007 a la Oficina cansados del silencio del Ayuntamiento ante su reclamación de un paso de peatones elevado. Con el cercano precedente del atropello de un menor en el Pablo VI, la demandante, Esperanza Sánchez, insiste en la peligrosidad de la puerta de su centro educativo, sin acerado y por la que pasan centenares de escolares. «Hemos tenido más de un susto –explica–, el último de un administrativo al que le dio un porrazo un coche que no frenó a tiempo».A mediasEsperanza admite que «hay un paso de cebra» y que «pusieron señales verticales y badenes pequeños; pero muchos coches los ignoran y pasan a toda velocidad». Esta vecina del Parque Alcosa se queja de que «han colocado pasos elevados en todo el barrio, pero se niegan a poner uno ante el colegio porque, según dicen, no lo recomiendan los técnicos. Pues que construyan la acera ante la puerta, aunque sea con rebajes».También tiene experiencia en esta «ignorancia» municipal Francisco Javier Lladonosa, que de la noche a la mañana se quedó sin la licencia de coche de caballos que su familia había disfrutado durante años. Su queja contra Fiestas Mayores ante la Oficina del Defensor ya ha cumplido un año y la pasada Feria de Abril fue su segunda sin autorización. Según explica, en la primera ocasión «la excusa para denegarme la licencia fue que me faltaba la póliza de seguros, pero yo había presentado todo y tengo copia de los documentos». Cuando insistió, «me dijeron que estaba fuera de plazo»; ya este año, Lladonosa ha pasado a la abultada lista de espera y «hasta dentro de cinco o seis años no tendremos otra vez licencia de coche de caballos».FavorecidosNo puede probarlo, pero aventura que «me han quitado la autorización a mí para dársela a otro». El Defensor mantiene abierto su expediente, a la espera de «aclaraciones de Fiesta Mayores» porque «nos parece que se ha obrado con poca transparencia y garantías en el proceso de aportación documental». Lladonosa prepara una reclamación judicial de daños y perjuicios contra el Ayuntamiento, ya que «cada año hemos perdido unos 2.500 euros del cochero, el carruaje, los caballos,...».Igual de injusto consideran los vecinos de Torreblanca que Movilidad ignore su petición de badenes. Como afectado e integrante de la Oficina, Manuel Doblas recuerda que la queja ante este organismo data de 2006 y, mientras, «las calles son peligrosísimas». Hasta el momento, no hay más respuesta que una comunicación del servicio de Tráfico y Transportes explicando que espera un informe de Proyectos y Obras.Mientras, el Gobierno local tiene pendiente otro compromiso con la Oficina: la reforma de su reglamento. El delegado de Relaciones Institucionales, Antonio Rodrigo Torrijos, garantizó que impulsaría un cambio normativo que implementa su autonomía y reduce a cuatro sus miembros. Pero nada saben los grupos políticos de una iniciativa que el Defensor confiaba en resolver este año. El Partido Popular espera una invitación al diálogo y en modo alguno aceptará una propuesta ya cerrada, ni la reforma de un reglamento orgánico que sólo tiene sentido desde el consenso.