Economía

Socialismo a la deriva

La Razón
La RazónLa Razón

El presidente del Gobierno murciano dio ayer un ejemplo de respeto democrático y de sapiencia gramatical. De respeto democrático porque soportó las mayores críticas de una oposición vacía de contenido, que copiaba sus iniciativas como si fueran propias y que no aportó al debate nada más que lo que vienen repitiendo desde hace años: nada de agua, cero en infraestructuras y que Valcárcel es el culpable de la crisis. Por contra, el presidente murciano desplegó una batería de iniciativas y propuestas difícilmente insuperables en materias de primer orden para la Región como son las infraestructuras, la financiación autonómica y el agua. En su intervención aludió al «salpullido» que suponen muchas de las situaciones planteadas por la oposición. Algunos pensamos que el presidente se refería a «sal-pullidos», por aquello de la desalación. Pero no, salpullido o sarpullido, que según la RAE viene a ser lo mismo excepto para el diputado socialista de Caravaca, Jesús López, que se atrevió a interrumpir al presidente y afearle su expresión. Debería pasar la ITV lingüística. Por lo demás, sólo me queda decir que este debate ha sido de terciopelo para el Gobierno y de infierno total para Saura, bajo la atenta mirada de González Tovar que no le quitaba ojo a quien tiene que matar y que con el discurso de Saura se lo puso a huevo para que la decapitación en el Partido Socialista sea en breve.