Exposición
Tony Leblanc celebra sus 80 años de cómico
Aunque Alegoría parecía el túnel del tiempo o una sucursal del Rastro durante el espléndido recuerdo de los mejores tiempos de nuestro cine, no destacó la melancolía. Quienes fueron glorias, como Sara Montiel, se colocaron con Richy Castellanos al lado de Tony Leblanc, que cumplía 80 años de profesión y 87 de vida. Junto al trío dispar estaban los ocho hijos del cómico e Isabel, la cabeza de familia, que realzaba su fachón con un abrigo gris estampado muy años 60. Tony vestía de blanco impoluto con una gorra de visera incluida. No se le escapó al ojo clínico de Carlos Herrera, cuyas mañanas arrasan en Onda Cero. Tampoco al incondicional José Mota, que bate audiencias en solitario: «Me gustaría hacer una telecomedia, me tienta más», anticipaba a Carlos Lozano, que es el gran atractivo de las carteleras teatrales.Sara, Carmen Sevilla y Lina Morgan captaron al público. La Montiel fue fiel a su emblemático moño, que le favorece más que las habituales guedejas que luce sobre la cara con las que parece que lleva un pelucón: «Se me ha olvidado ponerme los anillos, me he dado cuenta en el coche, no sé dónde tengo la cabeza», reconoció igual que Carmen Sevilla con la confusión que tuvo con su filmografía: «¿Cómo se llama aquella película que hice con Tony en la que cantaba eso de "con estos zapatos..."? Le recordé que era una versión óptima de «La Revoltosa» y se mostró feliz con el dato y la ficha que recuperó. Reflejo de otros tiemposLina restallaba en brillantes. Lucía dos garbanzos como pendientes, un Cartier con pulsera diamantífera y un enorme solitario de ocho quilates talla esmeralda de anillo: «Y tengo más», bromeaba con un Juanito Navarro que la tienta para que vuelva a los escenarios. Todos la añoran, pero ella evita el tema: «No sé, no sé, ya no tengo edad para levantar la pierna», se excusaba. «Pero es una pérdida irreparable», apuntaban cerca de un Raúl Sender que hacía malabarismos para cambiar de mesa, ya que le había tocado con Moncho Ferrer, Quique Camoiras, Gemma Cuervo y Tony Isbert y quería sentarse con Lina, Sara y Carmen. Le puede la mitomanía que algún malpensado tomó por divismo malentendido. Lo comentaron ante un Santiago Segura que ha sido reconocido como el recuperador de Leblanc para el cine en «Torrente». Carlos Sobera encajaba al ser el presentador de la nostalgia. Estaba en su salsa, apuntaron ante un Valderrama que se ha apuntado al gimnasio y se le nota. El martes presenta un disco en La Zarzuela, un mix hispanoturco realizado en Estambul, un lugar que se ha convertido en el destino ideal, certificaban mientras las hermanas Valverde atronaban con sus características risas. A ver si aprendes, animé a la Cuervo, que apareció rejuvenecida con una cola de caballo bajo gasas de lunares y con un chal de gran dama escénica reflejo de otros tiempos. Igualito que el cine de Sara y Carmen o la comicidad ahora contenida de la irrepetible Lina Morgan.
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