Colombia

«Torearé con Ponce mi última tarde»

La Razón
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CALI (COLOMBIA)- El cotizado premio «Señor de los Cristales» de la feria de Cali recayó en sus manos. Un premio más en la temporada de su adiós de los ruedos.
-¿Cómo está siendo la despedida?
-No esperaba que fuera a tener tanta repercusión. La gente me está demostrando cariño, y disfruto mucho. En la primera de Cali se me cayó alguna lágrima al recibir un surtido de claveles en mi vuelta al ruedo. Y la segunda fue indescriptible .
-¿Se arrepiente de haber tomado la decisión?
-El otro día me decía un amigo: «Ahora que está en un momento tan bueno, ¿no le da nostalgia decir adiós?». Y le contesté: «Ahora es el momento justo, irme en olor de multitudes». Nada sería más triste que marcharme por la puerta pequeña, con la plaza vacía?
-¿Cómo quiere que sea su despedida el 24 de febrero en Bogotá?
-Llamé a Enrique Ponce y le dije: «Maestro: con usted he compartido tardes históricas. Yo no entiendo de honorarios -ni los de usted ni los míos-, pero me gustaría que me acompañara en esta última tarde».
-Habrá ese día mucha emoción.
-Sí, quiero disfrutar al máximo y despedirme con buen sabor de boca. Hay mucha expectación suscitada.
-En la temporada española se le criticó mucho. ¿Injusto?
-Sí, me ha acompañado una tradicional mala suerte en los sorteos y hay que valorar a un torero en función de lo que tiene delante.
-Hubo tardes muy bonitas, como el adiós en Barcelona.
-Un día histórico.
-En sus últimas tardes ha destacado su nivel de maestría, torea tranquilo, como en el patio de su casa.
-Me alegro de que transmita esa sensación, es la veteranía, el poso que marca a un maestro, dejando un campo, una estela, para que otros le sigan. Estoy disfrutando más que nunca ante la cara del toro.
-¿Qué siente hacia el animal?
-Lo considero un amigo, incluso hablaría de sentimiento de amor, es el que me lo ha dado todo. De niño, uno sueña con ser torero, pero es un juego de ilusiones.
-¿Cumplió el sueño?
-Sí. Vengo de una familia muy humilde y he conseguido estabilidad económica, una situación confortable que jamás hubiera imaginado.
-No ha perdido la sencillez, habiendo probado el lujo.
-Uno tiene que tener claro siempre de dónde viene, y no olvidarlo.
-¿Y cuando se termine todo?
-Me dedicaré por entero a las ganaderías. Qué bonito estar en la temporada española de marzo a octubre y de noviembre a febrero cuidar de mi ganadería, aquí en Colombia.
-Ha estado varias veces al filo de la muerte, ¿aprecia más la vida?
-Claro, soy consciente de que delante del toro te juegas la vida cada segundo. No temo a la muerte, pero me produce respeto. Y ahora ha llegado el momento de descansar, disfrutar y vivir la Fiesta desde otro prisma.
-Cuando se haya retirado, ¿qué toreros irá a ver con más interés?
-Seré claro: me encanta la personalidad de José Tomás, la maestría de Enrique Ponce y el sentimiento de Morante de la Puebla.

Una retirada llena de éxitos
César Rincón está saboreando las mieles de sus últimas tardes en Colombia, en olor de multitudes, y sintiendo el cariño de la gente. Cada tarde es un acontecimiento. La despedida en Cali -en su segunda tarde-fue emotiva, con un «pasillo», al estilo de los acontecimientos deportivos, y lanzamiento de confeti al aire. El torero anda loco de alegría, y vive minuto a minuto su última temporada en América.