Sevilla

Tristeza en Sevilla

Tristeza en Sevilla
Tristeza en Sevillalarazon

- Sevilla. 8ª de la Feria de Abril. Se lidiaron toros de El Torreón, bien presentados y mansotes. Lleno en los tendidos.- Enrique Ponce, de azul y oro, pinchazo, estocada (palmas); pinchazo, estocada, aviso (silencio).- José María Manzanares, de azul oro, estocada, dos descabellos (ovación); estocada caída (silencio).- Daniel Luque, de grana y oro, estocada (silencio); estocada, dos avisos (ovación).

SEVILLA- Las mansotas reses de la ganadería El Torreón, necesitaron que los toreros pusieran la alegría que a ellos les faltó, pero no fue así. Ponce, en maestro, pecó de excesiva facilidad. Manzanares sí la aportó en la faena del segundo, aunque en el quinto se dejara influir por la desidia. El joven Luque puso ilusión y emoción. Pero la mayor ovación la ganó el banderillero Robles por un gran para al sexto.Sin castaPonce realizó una fácil faena al flojo y descastado primero, sin molestarlo. No bajó la muleta, llevándola a media altura con templanza para no dañar a un animal soso y flojo. Tampoco el torero puso demasiado brío. Le faltó más alegría; quizá, demasiado sobrado de poderío.Al cuarto, de arrancadas intermitentes y desiguales, le hizo una faena técnica y valiente. Siempre con la muleta ante el hocico, pudo meterlo en el engaño a fuerza de templar y no dejar que lo enganchara. Los toques al inicio de los muletazos fueron clave. El toro lo acosó en los primeros naturales. Ponce, sin inmutarse, recuperó posición en la siguiente tanda, hasta embeberlo en el trapo. Labor técnica y torera, quizá demasiado sobrada, que no llegó a calar por completo. Faltó chispa. Elegante y con transmisiónManzanares entendió bien al segundo, manso, pero de larga arrancada. Efectuó una ajustada y elegante faena. Destacaron cuatro tandas de naturales, muleta adelantada y arrastrada, rematadas en redondo con arte y, por ello, transmisión. Los derechazos, casi en redondo, tuvieron suavidad y lentitud. Lo mejor, su clarividencia de no prolongar, al principio, las tandas con la muleta para no atosigar al animal. Así pudo ampliarlas mediada su labor. No entendió al quinto, suavón y sosote, pero de larga embestida. Todo lo contrario que en el toro anterior, no se cruzó nunca. Tampoco atacó al final de los pases, para animar y provocar la arrancada. La figura que se ve con cites tan fuera de cacho, trasero demasiado sobresaliente, no gustó. Ese hueco entre toro y torero, aparte de permitir que el animal lo vea, resulta antiestético. Manzanares no estuvo a su propia altura. Daniel Luque lanceó con ganas al tercero. Los primeros muletazos diestros, lentos y rematados con un bonito natural. El animal se emplazó en el centro del anillo, al frescor de la humedad de la boca de riego. Le costó trabajo sacarlo de allí; cuando lo hizo, la res se fue a tablas. Poco pudo hacer en esos terrenos. En la suerte contraria, realizó muy bien la suerte de matar.Al brusco sexto le presentó cara en el tercio, muy dispuesto. Ya en los medios, donde el toro no estaba a gusto, se esforzó en varias tandas por ambos pitones. Faena con emoción y vibración. El personal sintió el peligro y disfrutó con su buena disposición.