Oriente Medio
Una relación con muchas dudas
La reunión de Obama y Netanyahu plantea una cuestión básica: ¿sobrevivirá la alianza israelo-americana a su sexagesimosegundo año? He aquí tres razones para esperar un cambio respecto a lo habitual:1) La idea de los «dos estados» pretende poner fin al conflicto árabe-israelí, estableciendo un Estado palestino junto al Estado judío. Pero muchos israelíes, incluyendo a Netanyahu, desconfían con razón de que los palestinos vayan a construir un estado o renuncien a rechazar la existencia de Israel. 2) Motivos de preocupación estratégicos más genéricos orientan constantemente las posturas norteamericanas hacia Israel. A estas alturas, las encuestas concluyen que el apoyo republicano a Israel supera al apoyo demócrata por un margen de 26 puntos. Con los demócratas dominando Washington, esta disparidad vaticina un enfriamiento con respecto a los años de George W. Bush. 3) El propio Obama procede de la extrema izquierda demócrata, intensamente anti sionista. Pero, al alcanzar la Presidencia, designó para Oriente Medio a demócratas de referencia. Sólo cabe especular si este cambio fue táctico –para negar a los republicanos una polémica– o estratégico, representando un enfoque realmente nuevo.Predicciones: 1) Siendo Irán prioridad de Netanyahu, evitará una crisis articulando las palabras «solución de dos estados». 2) los demócratas mostrarán su exquisito comportamiento evitando un enfrentamiento. 3) El desplazamiento al centro de Obama estará presente durante la visita de Netanyahu.A corto plazo se vaticina más continuidad que cambio en las relaciones EE UU-Israel. Los preocupados por la seguridad de Israel respirarán prematuramente aliviados, ya que el statu quo es frágil y las relaciones bilaterales podrían agriarse con rapidez. La falta de progresos hacia un Estado palestino puede despertar una crisis, mientras que un ataque israelí contra Irán puede poner fin al vínculo iniciado por Truman, fomentado por Kennedy y cristalizado por Clinton.
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