Cine

Francia

Vida después de Ceaucescu

Vida después de Ceaucescu
Vida después de Ceaucescularazon

Aunque Rumanía nunca ha destacado por contar con una industria cinematográfica estable, el éxito de películas como «Cuatro meses, tres semanas y dos días» (ganadora en Cannes de la Palma de Oro en 2007) parece haber funcionado como un revulsivo para la producción. En esta ocasión, Catalin Mitulesco recupera los fantasmas del reciente pasado político rumano, protagonizado por la dictadura de Ceausescu, en «Cómo celebré el fin del mundo». La caída del régimen funciona como eje vertebrador de una película «que hice porque sentí la necesidad de encontrarme a mí mismo tras el caos que supuso la revolución», explica Mitulesco. Bajo esta premisa, el realizador fundó su propia productora, presentó en Cannes tres cortometrajes y tuvo la suerte de que «le gustaran mucho a Scorsese y quisiera implicarse en el proyecto. Su interés resultó muy útil porque gracias a él contacté con Win Wenders y conseguí montar una una coproducción entre Francia y Rumanía», asegura el director. Pero la presencia de estos dos pesos pesados del celuloide no resulta suficiente para garantizar una taquilla mínima: «Las películas rumanas necesitan muy buenas críticas y promoción para poder triunfar», se lamenta Mitulesco. Superar el comunismo A su nacionalidad hay que unir el hecho de que, como explica el director, «es normal oír críticas negativas por reflexionar sobre el comunismo. Suelen proceder de gente que no quiere desprenderse de su visión». En este sentido, el director considera positivo «hablar sobre este periodo porque marcó de manera bastante importante nuestra historia». Sin embargo, a la protagonista, la actriz Dorotheea Petre, no le preocupa tanto la reacción de la crítica: «La meta siempre debe ser el público».