Ilusión

Coincidiendo con la marcha de nuestra Selección a Eslovenia, rumbo al reto final de un verano extraordinario para el baloncesto español, Madrid se apresta a vivir su ya definitiva cuenta atrás, tensa pero al mismo tiempo ilusionada. Pocas ciudades han demostrado desear unos Juegos tanto como Madrid, desde su ya lejana aspiración a los de 2012. Por una sencilla razón: porque se considera más que preparada para organizarlos y porque es una gran capital europea volcada con el deporte.

El proyecto madrileño, consolidado con los muchos años de experiencia y conocimiento que le han otorgado las dos candidaturas anteriores, es un gran proyecto. Y cuenta con el respaldo de todo el país, que se ve reflejado con orgullo en todas y cada una de las ciudades que albergan grandes eventos internacionales y que a través de ellos contribuyen al reforzamiento de nuestra marca común.

No es un momento sencillo para nadie, pero incluso a pesar de las dificultades Madrid ha trabajado en presentar un modelo realista, posible y comprometido. Ofrece una ciudad con una enorme personalidad y un indiscutible atractivo, única en el mundo en muchos aspectos, con una valiosísima experiencia en la organización de eventos deportivos de primer nivel.

Pero Tokio y Estambul son también dos candidatas del máximo peso específico en el contexto del deporte y del negocio mundial. Dos rivales seguramente muy difíciles de superar en unas votaciones que son casi siempre una incógnita, en las que no sólo cuenta haber presentado el mejor proyecto sino también –y mucho– el haberlo sabido explicar bien y la capacidad de confianza e influencia generada a lo largo de los últimos años, especialmente de los últimos y siempre decisivos meses.

Conseguir unos Juegos Olímpicos es siempre un reto difícil y complicado. Pero, como han demostrado otras ciudades, también es posible. Todos los que formamos parte del deporte español deseamos que este próximo sábado el nombre que reluzca en la capital argentina sea el de Madrid: es una de las mejores ciudades del mundo y la capital de un deporte de éxito que merece ser aún más, como anfitrión de unos Juegos, el centro del deporte mundial.

Desde Eslovenia, donde nuestra Selección va a estar luchando por seguir haciendo historia en el baloncesto europeo, estaremos también empujando.