Unión Europea
184: el artículo de la discordia
Londres introdujo en el último momento este párrafo en el borrador para aplacar a los euroescépticos.
Londres introdujo en el último momento este párrafo en el borrador para aplacar a los euroescépticos.
El diablo está en los detalles y, en caso del Brexit, todo podría desmoronarse con la polémica creada en torno al artículo 184 del acuerdo de retirada. El 13 de noviembre, Londres y Bruselas cerraron a nivel técnico este documento de 585 páginas que contiene los términos del divorcio –los derechos de los comunitarios, una factura de 39.000 millones de libras y un «backstop» para evitar un frontera dura en Irlanda–. Un texto que será vinculante.
Sin embargo, el borrador debe ir acompañado de una declaración política sobre las futuras relaciones cuyos detalles se están ultimando en Bruselas de cara a la cumbre del domingo, donde deberían quedar zanjados los dos textos que tendrán que ser ratificados en Westminster. En la declaración política, la «premier» quiere dejar de alguna manera la puerta abierta al modelo comercial canadiense para satisfacer las demandas de los «brexiters» y calmar las críticas. Sin embargo, el núcleo duro euroescéptico asegura que es «pura fantasía», ya que este segundo texto no es vinculante. De ahí que, según la prensa británica, Londres forzara en el último momento la introducción del artículo 184 en el plan de retirada. Literalmente, el artículo asegura que «ambas partes (Reino Unido y la UE) deben utilizar sus mejores esfuerzos y actuar de buena fe y en el respeto completo de sus respectivos órdenes legales, para tomar las medidas necesarias para negociar sin demora los acuerdos que regirán la futura relación mencionada en la declaración política».
Downing Street considera que este párrafo ofrece a la declaración política un peso legal. Lo que no esperaba es que en Madrid esto pudiera crear problemas respecto a la cuestión de Gibraltar. A May le costó casi su puesto que el Gabinete aceptara la semana pasada el borrador. En un solo día hubo hasta siete dimisiones en el Gobierno y ha estado muy cerca de una moción de confianza. Es por ello que la «premier» recalca que el documento está completamente cerrado.
El hecho de aceptar ahora las demandas de España abriría para la líder «tory» la caja de Pandora, ya que en Westminster, donde se vive ahora una auténtica guerra civil, los «brexiteers» y eurófilos pedirían incluir también sus demandas y toda la batalla volvería a su punto inicial. En definitiva, en Londres consideran que ellos han hecho sus deberes y la cuestión de Gibraltar es un problema que debe resolverse en la UE. Pero España denuncia que no recibió el texto definitivo hasta el 14 de noviembre a última hora, después de que el Ejecutivo de May lo hubiese avalado ya y de que se hubiese informado incluso a las autoridades gibraltareñas.
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