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Un escuadrón de «sardinas» se moviliza contra Salvini

Jóvenes inician un movimiento espontáneo de protesta tras reventar un mitin en Bolonia del líder ultra

Universitarios se manifiestan en Módena bajo la lluvia el lunes contra el líder de la Liga, Matteo Salvini/AP
Universitarios se manifiestan en Módena bajo la lluvia el lunes contra el líder de la Liga, Matteo Salvini/APlarazon

Lo de Bolonia podía haber sido una anécdota. Cerca de 15.000 personas se movilizaron el jueves contra Matteo Salvini, que llegaba a la ciudad para hacer campaña y se quedó con un palmo de narices ante un baño de multitudes frustrado y la contestación que surgió en su contra. Bolonia es una ciudad de amplia tradición estudiantil, izquierdista y asamblearia. Una gran manifestación de protesta allí tiene una fuerte componente simbólica, pero se da casi por descontada. Sin embargo, la historia comenzó a cambiar el lunes. Cerca de 7.000 jóvenes repitieron lo de Bolonia, pero esta vez en Módena, bajo la lluvia y cantando el «Bella ciao». Había surgido un nuevo movimiento contra el líder ultraderechista. Se hacen llamar «las sardinas» y en las últimas horas no paran de sumar adeptos. En los próximos días ya hay convocadas manifestaciones en Reggio Emilia, Rímini, Parma, Florencia y Milán.

Podía haber sido una anécdota, pero no lo fue. Todo comenzó esa noche en Bolonia. Cuatro amigos, universitarios, recién cumplidos los 30, habían lanzado la iniciativa en Facebook. Salvini se disponía a llenar el palacio de deportes, con capacidad para 5.500 personas, y estos cuatro jóvenes se plantearon el reto de superarle. Su objetivo era llegar al menos a 6.000, sin banderas políticas y unos pocos lemas improvisados. La sorpresa fue cuando a la convocatoria se fueron sumando más y más, hasta llenar la Plaza Mayor de Bolonia, como hizo en su día Beppe Grillo antes de fundar el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Salvini trató de restarle importancia y atribuyó su éxito a una cosa de «escuadrones rojos y centros sociales».

Mattia Santori, erigido en portavoz de un movimiento que aspira a ser horizontal, explica que su idea era «huir de la propaganda de Salvini, de todos esos carteles y las mentiras que cuenta». Pero no desde la antipolítica que proyectó el M5E –que luego se convirtió en partido y pactó con quienes había jurado no aliarse–, sino como una «alternativa constructiva». Otra cosa es que los jóvenes entonen el «Bella ciao», que está en el ADN de la izquierda italiana y termina sonando a enfrentamiento de bloques contra el nacional soberanismo de Salvini. «Me alegra que la izquierda dé señales de vida, el resultado será aún más bonito», dice irónico el ultraderechista.

El líder de la Liga se las prometía muy felices tras su victoria en las regionales en Umbria, una zona también de tradición obrera. Sin embargo, allí los escándalos habían golpeado al socialdemócrata Partido Democrático y la victoria de la derecha se daba por hecha. La verdadera batalla se librará dentro de dos meses en Emilia Romaña, tierra de campesinos, partisanos, comunistas e ideólogos de la izquierda. Una pica aquí supondría no solo la consagración de Salvini como el líder de la clase trabajadora, sino una herida de muerte para el Gobierno entre el M5E y el PD,.

Pero Emilia Romaña no es la tierra de los desheredados. Bolonia es su cerebro pensante y de su célebre universidad ha surgido un movimiento que, además de complicarle la vida a Salvini, hace visible que existe una corriente contraria a su machacona política basada en la inmigración y la seguridad. Su nuevo enemigo tiene un perfil joven, formado y está harto de la falta de oportunidades, pero tampoco está dispuesto a tragar la solución populista. Se hacen llamar «las sardinas», porque para reunirse en una plaza es necesario apretarse y moverse unidos en una misma dirección.