Pasaporte Covid

Antivacunas en la «zona cero» del coronavirus en Europa

·El Gobierno de Mario Draghi trata de evitar una cuarta ola con la introducción del pasaporte sanitario para acceder al interior de bares y restaurantes

Nadie en Bérgamo ha conseguido olvidar aún los camiones militares cargados de ataúdes que atravesaron la ciudad una noche de marzo, después de que los hornos crematorios locales colapsaran. Es la imagen de la pandemia en Italia y está grabada a fuego en la memoria de los habitantes de esta ciudad, zona cero del coronavirus en Europa.

Un año y medio después, mientras el Gobierno de Mario Draghi trata de evitar una cuarta ola con la introducción del pasaporte sanitario para acceder al interior de bares y restaurantes, miles de ciudadanos salieron a las calles de Bérgamo para protestar contra las normas anti-covid. Al grito de “libertad” y sosteniendo pancartas contra la “dictadura sanitaria”, más de 2.000 personas, la mayoría sin mascarillas, se manifestaron el último fin de semana de julio en la céntrica Plaza Dante. “Se trata de una campaña de odio en nombre de una idea enferma de libertad”, denunció el alcalde, Giorgio Gori.

Entre la marea de manifestantes, sin embargo, no todos pertenecen al colectivo antivacunas, muy extendido en Italia incluso antes de la pandemia. Hay quienes protestan por la obligación vacunal al personal docente y a los estudiantes universitarios, que el Ejecutivo aprobó esta semana; quienes rechazan la implantación del certificado sanitario para acceder al interior de espacios públicos; y quienes se oponen con vehemencia a la inmunización colectiva con carteles que comparan las reglas anti-covid con la persecución nazi. Comilva, la principal asociación italiana a favor de la libertad vacunal, está en primera línea en las protestas, pero ningún portavoz de la organización ha aceptado hablar con este periódico.

Entre los descontentos de Bérgamo hay un pequeño grupo de empresarios preocupados por la introducción del certificado covid para acceder a sus locales. Algunos de ellos ya intentaron desafiar las restricciones impuestas en invierno y abrieron sus establecimientos a pesar de la prohibición. “En realidad, los antivacunas han elegido Bérgamo como sede, como ciudad símbolo. Dentro también hay empresarios, y algunos forman parte de nuestra asociación, pero son una minoría”, explica al teléfono Oscar Fusini, presidente de la Confederación italiana de Comerciantes de Bérgamo (Confcommercio).

La entrada en vigor este viernes del pasaporte covid ha dividido al sector. “Inicialmente hubo una respuesta positiva porque fue visto como un instrumento que podía evitar el cierre de nuestros establecimientos en mitad del verano, pero en los últimos días ha aumentado la confusión, en parte por culpa de algunos que alimentan la rabia de la categoría desde las redes sociales”, reconoce Fusini. “En cualquier caso, no debería corresponder al propietario de un bar o un restaurante controlar a su propio cliente”, denuncia. “No será el certificado sanitario a salvarnos, sino la vacuna”.

Con más de 70 millones de dosis suministradas, en Italia el 62% de la población ha completado la pauta. En Bérgamo, las cifras son similares (58%), pero existen aún más de 6.000 personas mayores de 60 años que rechazan inmunizarse, aproximadamente un 15%. Entre ellos, algunos son profesores y personal sanitario. Los primeros deberán vacunarse antes del próximo curso escolar o, por el contrario, quedarán suspendidos de empleo y sueldo. Los segundos están obligados a hacerlo desde abril, pero al menos unos 2.500 en toda la región aún no lo han hecho.

El Colegio de Enfermeros de Bérgamo ya ha suspendido a 90 sanitarios de un total de 7.000 inscritos, pero su presidente, Gianluca Solitro, estima que la cifra de no vacunados podría alcanzar los 300. No todos son antivacunas, muchos rechazan el suero por otros motivos --embarazadas, por ejemplo--, pero el riesgo es que el sistema sanitario pueda entrar de nuevo en crisis. “Se habla de libertad de elección, y no lo juzgo, pero la elección de no vacunarse es incompatible con nuestra profesión, que se basa en la investigación y la ciencia”.