Diplomacia

Rusia asegura que no piensa “atacar” a Ucrania y quiere seguir negociando con EE UU

Moscú y Washington mantienen sus posturas tras ocho horas de intensas conversaciones en Ginebra

La secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos, Wendy Sherman, y el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Riabkov
La secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos, Wendy Sherman, y el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei RiabkovDENIS BALIBOUSEREUTERS

El diálogo continúa y, en el clima actual, puede que esto sea la mejor de las noticias y la única posible. Funcionarios de EE UU y Washington mantuvieron este lunes un encuentro en Ginebra (Suiza), territorio neutral dónde los haya, que supone el pistoletazo de salida de una serie de esfuerzos diplomáticos que continuarán el miércoles en la capital comunitaria con la celebración de un Consejo OTAN-Rusia y se prolongarán el jueves en Viena (Austria) con una cita de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Las espadas siguen en alto, pero no ha comenzado el combate. “No tenemos ningún plan, ninguna intención de atacar a Ucrania, y no puede haberlos”, aseguró Sergei Riabkov, viceministro de Exteriores ruso y negociador jefe, en rueda de prensa en la misión permanente de su país ante la ONU transmitida en directo por la televisión pública. “No hay ninguna razón para temer una escenario de escalada”, agregó en referencia a una posible invasión de Ucrania, si bien también aviso a Washington de los peligros de “subestimar” los riesgos de una confrontación.

La cita entre EEUU y Rusia se produce siete meses después de la entrevista personal entre Joe Biden y Vladimir Putin en Ginebra que dio comienzo a un incierto deshielo con más interrogantes que respuestas. Desde entonces, la acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania han hecho temer una nueva invasión como la sucedida en 2014 en la península de Crimea.

Los servicios de inteligencia estadounidenses creen que Moscú está sopesando pros y contras y que esta nueva operación militar podría suceder a finales de este mes. Aunque el Kremlin niegue esta posibilidad una y otra vez ,lo cierto es que ha aprovechado estos temores para pedir a Washington y la OTAN un nuevo reparto de las zonas de influencia en el tablero internacional del siglo XXI que incluye la negativa por parte de la organización militar a acoger en su seno a las antiguas repúblicas soviéticas de Ucrania y Georgia.

Moscú siempre ha considerado una traición de Occidente las sucesivas ampliaciones de la Alianza a zonas de su influencia (países del Este y la repúblicas bálticas) y cree que la próxima cumbre que se celebrará en Madrid en el mes de junio puede ser una magnífica oportunidad para que la OTAN enmiende la decisión que tomó en Bucarest en el año 2008 cuando abrió la puerta a Ucrania y Georgia.

A pesar de que este tema volvió a tratarse en la reunión de este lunes, no se ha registrado ningún tipo de avance y las dos partes permanecen enrocadas en sus posiciones, sin que haya visos de mínimos progresos. “No permitiremos que nadie cierre la política de puertas abiertas de la OTAN”, aseguró hoy la subsecretaria de Estado de Estados Unidos Wendy Sherman.

Horas antes, el propio secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, también había negado en Bruselas que la organización multilateral piense ceder ante el Kremlin, por muchas tropas que concentre Moscú. “Nunca transigiremos en el derecho de todos los países europeos a elegir su propio camino, lo que incluye la elección de sus acuerdos sobre seguridad. Es fundamental que ese principio no se viole de ninguna manera”, aseguró el político noruego tras un encuentro con la viceprimera ministra ucraniana para la integración europea, Olga Stepanishyna.

A pesar de que ahora mismo parece imposible que la Alianza se cierre a cal y canto y niegue la admisión a estos dos países, lo cierto es que las negociaciones para que Ucrania forme parte de la Alianza están siendo lentísimos y muchos ven en tantos obstáculos la alargada sombra del Kremlin.

Sin embargo, Moscú no sólo se conforma con este poder de veto sino que también quiere aprovechar la ocasión para otra serie de demandas como la prohibición de tropas estadounidenses en suelo europeo y el repliegue de las amas nucleares desplegadas en el viejo continente, cerca de las fronteras rusas. Aunque Washington se sigue negando a estas peticiones, la administración Biden sí está dispuesta a negociar otros aspectos como límites a las maniobras militares y los de misiles corto y medio alcance.

Rusia está particularmente intranquila con el sistema conocido como Aegis Ashore presente en Deveselu (Rumanía) – pensado para hacer frente a ataques provenientes de Irán- y el que estará completamente operativo a finales de año en Redzikowo ( al norte de Polonia), muy cerda de Kaliningrado. Washington asegura que Moscú no tiene nada que temer, pero en este flanco sí existe margen de negociación.

“Se nos ocurrieron una serie de ideas en las que nuestros dos países podrían tomar medidas recíprocas que redundarían en nuestro interés por la seguridad y mejorarían la estabilidad estratégica”, aseguró Sherman a los periodistas en referencia a estos leves puntos de encuentro.