Estados Unidos

A la espera de la decisión de Biden

Hillary intenta recuperar la iniciativa perdida en el primer debate entre candidatos demócratas sin conocer aún si el vicepresidente será su rival

La Razón
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Hillary intenta recuperar la iniciativa perdida en el primer debate entre candidatos demócratas sin conocer aún si el vicepresidente será su rival

Debía haber sido la gran puesta de largo de la ex secretaria de Estado, ex senadora y ex primera dama Hillary Clinton. Sin embargo, los votantes demócratas interesados en el debate buscaron una atracción más interesante. Sobre todo la cadena CNN, organizadora de la batalla dialéctica, que esperaba la presencia del vicepresidente, Joe Biden, en Las Vegas (Nevada). Los organizadores le habían suplicado su aparición hasta el final. A media tarde, sin embargo, no había dado señales sobre si finalmente iba a saltar en la carrera demócrata por la Casa Blanca en 2016. Por si acaso, la CNN lo dejó claro: si aparece en el último momento, se le colocará un podio de inmediato.

Pese a todo, Clinton no cedió un milímetro. Quiso demostrar que es la cabeza de la carrera. Y en el primer debate demócrata de los seis que hay programados debía concentrarse en los republicanos en vez de en sus contrincantes de partido. Todo a pesar de que considera al senador de Vermont Bernie Sanders, el único oponente real. Al resto, le sirvió para presentarse ante el electorado nacional. Además de Sanders, se vio al ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, al ex senador de Virginia Jim Webb y al ex senador de Rhode Island y ex gobernador Lincoln Chafee.

Dicha presentación se realizó algo tarde, sobre todo si se compara con el debate republicano. Al contrario que el enfrentamiento conservador, todo un espectáculo mediático y choque entre el carácter de los diferentes políticos, el de ayer fue una colisión de ideas entre los demócratas. Algo aburrido para el electorado. Más del 57% de los votantes registrados no sabía que se iba a celebrar ayer.

Clinton fue la alumna aventajada en el debate. Considerada por la mayoría la candidata demócrata en las presidenciales, era la que más tenía que perder ayer si le salía mal su intervención. La ex senadora intentó dirigirse a los miembros de los sindicatos y activistas liberales, a los que tanto les está costando decidirse por la candidata. Sus puntos débiles fueron claros: su sinceridad ante cuestiones tan sensibles dentro del ala más liberal como el pacto comercial asiático y el oleoducto de Keystone, con los que está en contra. Pero nadie la cree completamente. Como ya se ha apuntado, este debate se produjo ayer en un momento delicado para la candidatura de la ex jefa de la diplomacia de EE UU. Su abrumadora ventaja en las encuestas ha descendido tras la controversia por el uso de un servidor privado para mandar correos electrónicos durante su etapa de secretaria de Estado. Incluso, el presidente Barack Obama ha tenido que intervenir al reconocer que su uso fue «un error».

Sanders nunca había participado en una batalla dialéctica. Nunca había aparecido antes delante de una gran audiencia. A lo largo del día de hoy, conforme aparezcan los resultados de las encuestas, se sabrá si ha pasado el gran examen de la audiencia tras explicar sus propuestas económicas populistas. Sanders, que se describe como «socialista», una palabra controvertida en EE UU, ha llamado la atención del ala liberal, al tiempo que ha conseguido atraer al público con su mensaje de terminar con la desigualdad de ingresos y el poder de Wall Street.