Al Maliki insta a los residentes de Faluya a combatir a los islamistas

¿Qué pasaría si Al Qaeda se hace con el control de dos países árabes? Aunque aún es demasiado pronto para responder a esta hipótesis, los acontecimientos y el ritmo vertiginoso con el que el grupo de Abu Baker al Baghdadi está ganando terreno en el norte de Irak y las localidades fronterizas de Siria ha encendido las alarmas. El Estado Islámico de Irak y Siria (ISIL) ha tomado el control de los centros urbanos de Faluya y Ramidi, dos estratégicas localidades iraquíes que han puesto en jaque a Bagdad. Ayer, el primer ministro, Nuri Al Maliki, pidió a los residentes de Faluya que luchen contra los combatientes de Al Qaeda para evitar una batalla generalizada mientras Bagdad prepara una ofensiva para recuperar la ciudad.

La Casa Blanca ha mostrado su profunda preocupación por el resurgimiento de los grupos extremistas en el norte de Irak, pero ha dejado claro que no intervendrá con sus tropas, sino que dará apoyo al Gobierno de Al Maliki para combatir a Al Qaeda. «Vamos a ayudarlos en su lucha, pero es una lucha que al final van a tener que ganar ellos y estoy seguro de que pueden», expresó el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, durante una visita a Jordania.

La fuerza del ISIL es mayor que la del propio Ejército iraquí y el Gobierno, profundamente debilitado por la lucha sectaria entre suníes y chiíes. No en vano, el régimen iraní, de mayoría chií, no quiere perder a su aliado iraquí (también chií) y que pueda debilitarse como el régimen sirio, con la ascensión de los suníes. «Si los iraquíes lo piden, nosotros les proporcionaremos equipamiento y asesoramiento, pero no necesitan hombres», expresó el subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Mohamed Hejazi.

El triángulo chií de Irán, Irak y Siria se está viendo amenazado por el alzamiento de los radicales suníes. El ISIL se ha convertido en el grupo yihadista más fuerte en el norte de Siria e Irak, gracias a haber ganado militantes extranjeros por su llamamiento a crear un califato islámico. Al Qaeda es una entidad internacional con una idea global sobre la creación de un Estado islámico sin tener en cuenta la nacionalidad. Por eso, sus objetivos de formar un califato desde Irak a Siria ha atraído a miles de yihadistas extranjeros que se han unido a Al Qaeda, precisamente, porque no reconocen la territorialidad. Uno de los éxitos de la red terrorista es su visión de la yihad global.

Los rebeldes sirios se han visto amenazados por la ola de yihadistas internacionales que se han unido a las filas del Estado Islámico. Facciones islamistas sirias están luchando contra el ISIL para retomar el control de las localidades del norte del país que han caído en manos de Al Qaeda. Rebeldes del Frente Islámico, una nueva agrupación formada por las principales facciones islamistas, le quitaron al ISIL el control de las localidades de Serin, Manbech y Bala, en la provincia de Alepo, tras fuertes combates. Los enfrentamientos entre grupos extremistas continúan en Hama, Idleb, Alepo y Al Raqqa. Los choques entre facciones islamistas y el ISIL han dejado más de medio centenar de muertos el fin de semana.

El resurgimiento de la organización terrorista en Irak, Siria y Líbano ha hecho saltar las alarmas internacionales. De cara a la Cumbre de Ginebra II, la comunidad internacional se encuentra en el dilema de a quién habrá de apoyar para alcanzar la estabilidad en Siria y la región. El papel mediador de Irán se está barajando como una de las mejores opciones para equilibrar la balanza entre suníes y chiíes, ya que parece inclinarse hacia el lado suní radical y no hacia el islam moderado.

Extremismo, también en Túnez

- El Ejército de Túnez bombardeó el domingo bastiones de las milicias islamistas de Ansar al Sharia cerca de la frontera con Argelia, según un portavoz militar.

- Mientras, la Asamblea Constituyente comenzó ayer a discutir y votar artículo por artículo el proyecto de la nueva Constitución, con el objetivo de finalizar el día 14, tercer aniversario de la caída de Ben Ali.