Análisis: Síntomas de un régimen en descomposición

La insatisfacción de las Fuerzas Armadas en Venezuela quedó patente tras el intento de sublevación de la madrugada del lunes en Caracas.

¿Qué supone este amotinamiento militar en el contexto actual de Venezuela?

La rebelión encabezada por un sargento con un grupo de guardias nacionales evidencia dos cosas. Primero, que hay una insatisfacción en las Fuerzas Armadas, y en segundo lugar, que son los rangos más bajos los que están en esta dinámica de rebelión. Aun cuando haya fracasado, este intento de alzamiento indica que el malestar es creciente.

¿En qué momento político se produce esta rebelión?

El régimen de Maduro está en una fase de descomposición final. La comunidad internacional ha producido un viraje desde el 4 de enero con la declaración del Grupo de Lima, con el fuerte impulso del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el presidente de Colombia, Iván Duque y otros factores de la comunidad internacional para rechazar de manera clara a Nicolás Maduro como presidente. En segundo lugar, hay un movilización nacional sin precedentes alrededor de la aplicación del artículo 233 de la Constitución, según el cual la presidencia de la República estuvo vacante hasta el 10 de enero y a partir de allí asumiría el cargo el presidente de la Asamblena Nacional, el opositor Juan Guaidó. Y en tercer lugar, hay una descomposición en el grupo militar que apoyaba a Chávez y luego a Maduro, que se ha traducido en varios intentos de rebelión dentro de las filas militares.

¿Cómo ha reaccionado el régimen de Maduro a esta situación de rebelión?

El régimen ha procedido a una contraofensiva que consiste en una decisión judicial por parte del Tribunal Supremo para anular cualquier iniciativa de la Asamblea Nacional estableciendo que el Parlamento está en desacato de las instrucciones dadas por el Supremo controlado por Maduro desde 2016. Con esto, intenta desmontar el proceso de aplicación del artículo 233 de la Constitución y la validez de que el presidente del Parlamento asuma la presidencia de la República. Son medidas desesperadas por parte de Maduro, que se unen a dos tendencias. La primera es la ruina total petrolera del país, con lo cual Maduro no tiene ya los recursos que tenía antes para comprar voluntades. En segundo lugar, las sanciones que está aplicando EE UU y otros países como Perú y las que vendrán de Brasil y Colombia a funcionarios que están sometidos a acusaciones.

¿Se ha roto la cadena de mando en las Fuerzas Armadas de Venezuela?

Totalmente. Las Fuerzas Armadas es una institución prácticamente destruida, donde hay capitanes que mandan más que los generales. La estructura de jerarquía se ha disuelto en virtud de que los leales a la causa de Chávez y Maduro eran los oficiales que tenían posibilidades de mandar aun cuando lo hicieran sobre oficiales de mayor rango y jerarquía. De tal manera que todo eso ha sido destruido y ahora lo que hay es que al final se está quedando una costra, que es la del mando militar que no tiene ascendencia ni instituional ni moral sobre los oficiales y soldados en general.

¿Confía Maduro en las Fuerzas Armadas?

No, Maduro ya no confía en las Fuerzas Armadas. Antes eran su sostén, pero lo que ha ocurrido recientemente muestra una rebelión en proceso y por eso ya no confía en ellos. Lo que sostiene a Maduro son los grupos de la polícia política que le son leales, los grupos de la inteligencia militar, -que son bandas que persiguen, torturan y apresan a la gente-, y los llamados colectivos, que son paramilitares armados. En conjunto son muy pocos pero están dispuestos a matar. El régimen venezolano está en una dinámica de agonía.

¿El diálogo con la oposición está totalmente roto?

No va a haber diálogo a no ser que sea para determinar de dónde sale el avión de Maduro para abandonar el país. Y solo habrá elecciones cuando la dictadura sea estirpada.

* Consultor Político venezolano.