Política

Oriente Medio

Arabia Saudí lidera una alianza árabe contra Irán

El rey Salman entierra la rivalidad con Qatar para tratar de atraerlo a un frente común contra los ayatolás

El rey Salman de Arabia Saudí ejerce de anfitrión en La Meca de tres cumbres con los países árabes e islámicos contra el ascenso iraní en Oriente Medio / Efe
El rey Salman de Arabia Saudí ejerce de anfitrión en La Meca de tres cumbres con los países árabes e islámicos contra el ascenso iraní en Oriente Medio / Efelarazon

El rey Salman entierra la rivalidad con Qatar para tratar de atraerlo a un frente común contra los ayatolás.

Arabia Saudí no oculta sus intenciones con Irán. El reino wahabí está dispuesto por todos los medios a hacerle frente a su acérrimo enemigo y rival regional. Para ello ha organizado tres cumbres para reafirmar el compromiso de las otras naciones suníes y árabes de seguir sus pasos ante la escalada de tensión que se vive en el Golfo. En la víspera a la conferencia anual de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que se celebró anoche, el rey Salman Bin Abdelaziz ya había convocado otras dos sesiones extraordinarias de la Liga Árabe y del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) con el objetivo de crear un frente común contra la República de Irán. El cónclave celebrado en La Meca buscó aunar posturas diferentes e incluso contó con la asistencia de Abdulá Bin Naser Bin Jalifa al Thani, primer ministro de Qatar, país que ha estado bajo el boicot de Riad por diferencias con su política de Siria y con los Hermanos Musulmanes. Este encuentro se interpretó como el primer paso para la normalización de las relaciones entre Riad y Doha.

El rey Salman hizo un duro alegato contra el país persa, al que acusó de «amenazar la seguridad regional y mundial» en su discurso de apertura. El monarca saudí acusó directamente a Teherán de ser responsable de los sabotajes contra oleoductos y petroleros saudíes en aguas del Golfo hace dos semanas, y afirmó que el atrevimiento de Irán ha llegado tan lejos porque los países árabes no tomaron antes «una postura decisiva».

En el acervo de acusaciones, el rey Salman acusó a Teherán de patrocinar el terrorismo «desde hace cuatro décadas» y de mantener su programa nuclear «en desafío a las resoluciones internacionales». El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, secundó la postura de Riad y advirtió de que se deben usar «todos los medios» contra las «amenazas sin precedentes» a la seguridad regional.

Por su parte, el mandatario iraquí, Barham Saleh, que juega un papel de mediador en la disputa entre Irán y EE UU, se mostró preocupado por la seguridad de la región. Saleh afirmó que la seguridad de Arabia Saudí «es la seguridad de Irak». No obstante, alertó de los «peligros de guerra» y abogó por el uso de la diplomacia para solucionar la crisis. De hecho, el comunicado final sobre el derecho a defender la soberanía y seguridad del Golfo, el presidente kurdo de Irak no lo suscribió. Bagdad es de los pocos que se ha resistido a un frente bélico común contra Teherán, mientras otros Estados árabes, especialmente las monarquías del Golfo y Egipto no dudarían en apoyar a Riad en su cruzada contra el país islámico chií.