Los abogados de López denuncian la «imposibilidad» de ejercer su defensa

La audiencia de apelación del opositor venezolano se celebró ayer tras dos suspensiones

«¡Liberen a Leopoldo! ¡Liberen a Leopoldo!», grita la gente mientras aplaude frente al Palacio de Justicia venezolano. Las proclamas retumbaban con fuerza en la sala donde la justicia decidía si absolvía, reducía la condena o abalaba la sentencia de 14 años de cárcel que pesa sobre el preso político. Javier Cremades, abogado español de Leopoldo López, aseguró ayer que el trato que se otorga a la defensa del líder opositor es arbitrario e injusto, denunciando que no le permiten conversar con defendido. «Es la primera vez que, siendo designados abogados, no podemos hablar con nuestro cliente. La comunicación entre el abogado y el cliente debe ser sagrada porque es la forma de articular un ejercicio de defensa razonable. Es imposible».

El letrado español integra junto al ex ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, el equipo de abogados internacionales. Ambos representantes españoles viajaron a Caracas para asistir a la audiencia de apelación del líder opositor venezolano, convocada el jueves con apenas 24 horas de antelación. Una vista que ya había sido retrasada dos veces.

Según confirmó a LA RAZÓN el abogado venezolano de López, Juan Carlos Gutiérrez, «con esta cita a última hora, los convocantes han pretendido que los letrados españoles no pudieran estar presentes en la vista». Gutiérrez afirmó que siempre se ha demostrado la inocencia de su cliente en el «amañado» proceso ordenado por el gobierno de Nicolás Maduro en su contra y aseguró que lo que está contemplado en la sentencia que condena a López a casi 14 años de prisión es una interpretación personal de los hechos por parte de la jueza Susana Barreiros. «Todas las pruebas que conducen a la falsedad de los cargos fiscales fueron omitidas y sesgadas. Es precisamente esa manipulación probatoria la que debe llevar a una sentencia de nulidad».

Según denuncia Gutiérrez, durante este último fin de semana hubo nuevas violaciones a los derechos de López por parte del régimen al no permitir acceder a su esposa, Lilian Tintori, ni a sus hijos a su visita familiar. «Todo esto se hace para pretender afectar su psiquis y sus argumentos en el día del juicio, pero lo cierto es que hoy Leopoldo López se encuentra en aislamiento solitario, sin poder ver a sus familiares».

Un mártir para la oposición

Leopoldo López lleva dos años y medio preso. Su odisea comenzó en el municipio Libertador de Caracas cuando encabezada una manifestación no autorizada. Una parte de las manifestaciones de febrero de 2014 en Caracas fueron duramente reprimidas por la Guardia Nacional Bolivariana, ocasionando 43 muertes. La Fiscalía emitió una orden de arresto en su contra, acusándolo de «instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir». Un incendio que, por cierto, nunca pudo probarse.

En 2015, la justicia venezolana lo declaró culpable de incitación pública a la violencia a través de supuestos mensajes subliminales y lo condenó a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión. Incluso el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha pedido la absolución de todos los presos políticos condenados por las protestas.