Conflicto Israel-Palestina
Arrecia la presión internacional
- Con la visita del ministro de Exteriores francés para impulsar la paz en Oriente Medio, ¿está empezando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a notar la presión internacional para que se reconozca el Estado palestino? ¿Podrá aguantar el apremio de la comunidad internacional?
–No creo que ésta sea una de las amenazas serias en su siguiente y consecutiva legislatura como primer ministro de Israel. Eso sí, en el momento en que Estados Unidos se una a sus aliados europeos y logren aprobar una nueva resolución en Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con verdadera decisión, entonces sí que será un problema para su Gobierno.
–Además, ¿sería posible en un Gobierno como éste? ¿Es incluso más conservador y radical que el anterior?
–Sí, se trata del Gobierno más de derecha radical de la historia de Israel y tiene a extremistas en posiciones ministeriales. Por ejemplo, Naftali Bennet, líder de Hogar Judío, es el titular de Educación, mientras que Ayelet Shaked, de 36 años y del mismo partido, es ministra de Justicia. Shaked ha llegado a escribir en su muro de Facebook sobre los jóvenes palestinos que son «pequeñas serpientes» y abogó por matar a las madres de los palestinos, así como a ellos mismos durante la operación «Margen Protector» en verano pasado. Lo cierto es que Netanyahu aceptó una demanda clave para su partido, Hogar Judío, a cambio de acabar con el Gobierno de coalición. Y esto es que un plan que había sido archivado se ponga en marcha para forzar el reasentamiento de muchos de los beduinos del desierto del Negev.
–Kulanu es el único partido moderado en la coalición. ¿Seguirá los pasos de su líder, Tzipi Livni, la ex ministra que fue encargada de liderar las conversaciones con los palestinos?
–No es muy probable que Moshe Kahlon, líder del partido Kulanu, logre sus objetivos, en parte por la enorme cantidad de fondos utilizados por Netanyahu para «comprar» la participación de los partidos ultraordoxos. No va a quedar dinero real para que Kahlon pueda avanzar su agenda de bienestar social. Pero está en su mano. En el momento en el que piense que él lo haría mejor en unas elecciones y que él y Herzog se pueden entender, puede provocar el final de este Gobierno que, por cierto, no creo que dure más que el anterior.
*Experto en Oriente Medio en la Univ. de Pensilvania
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