Milán
Berlusconi pagó 3.000 euros a una menor a cambio de sexo
El tribunal que le condenó a siete años motiva su sentencia
En Italia los juzgados hacen públicas las motivaciones de las sentencias unas semanas o meses después de que se fallen éstas. Leerlas no cambia la suerte de los imputados, pero sí resulta útil para saber los detalles que llevaron a los magistrados a tomar esa postura. Ayer, el tribunal de Milán desveló por qué consideró el pasado junio a Silvio Berlusconi culpable de un delito de abuso de poder y de prostitución de menores en el «caso Ruby». Le cayeron entonces siete años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Al ser en primera instancia, la sentencia no cambió demasiado la vida del ex primer ministro italiano, quien apeló y está ahora en espera de la nueva decisión de los jueces.
En las motivaciones, los magistrados escriben una frase que confirma lo que toda Italia sospechaba e «Il Cavaliere» se empeña en negar: «Está probado que el imputado mantuvo relaciones sexuales con Ruby a cambio de ingentes sumas de dinero y de otros objetos, como joyas». Ruby, el alias de Karima El Mahroug, es una de las muchachas que participaron en los «bunga bunga», las fiestas eróticas que celebraba Berlusconi en su mansión en Arcore, cerca de Milán. A diferencia de las otras prostitutas, Ruby no era mayor de edad cuando acudió a aquellas bacanales y se acostó con el septuagenario magnate. Por cada una de aquellas noches, la muchacha recibió alrededor de 3.000 euros.
Los magistrados están seguros «más allá de cualquier duda» de que Berlusconi sabía que la protagonista del escándalo no había aún cumplido 18 cuando mantuvieron relaciones sexuales. Lo consideran probado por la cronología de los hechos que ha sido destapada durante el proceso. A su juicio, el líder de Forza Italia llamó a una comisaría de Policía donde Ruby había sido detenida por robo y exigió su puesta en libertad para «protegerse a sí mismo» y evitar que salieran a la luz las «actividades de prostitución» que tenían lugar en su casa de Arcore. Al actuar así, «Il Cavaliere», entonces primer ministro, cometió un «abuso de poder», pues obligó a los funcionarios a que liberaran a Ruby y la dejaran bajo tutela de Nicole Minetti, la higienista dental del magnate que entonces se ocupaba de reclutar a las chicas para los «bunga bunga». Minetti fue condenada el pasado julio en primera instancia a cinco años de prisión por favorecimiento de la prostitución.
En las motivaciones de la condena en primer grado a Berlusconi se lee que fue él el director de «las exhibiciones sexuales de las jóvenes» en estas veladas, en las que las muchachas «satisfacían» al imputado siguiendo sus deseos. Los magistrados milaneses consideran que hay evidencias suficientes que prueban la participación de Ruby en el «sistema de prostitución» con el que «Il Cavaliere» contaba en aquellas veladas en su mansión de Arcore.
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