Colombia
Bolsonaro vuelve a ser Bolsonaro
Ofrece el Ministerio de Justicia al juez que encerró a Lula y con su retórica dura defiende las armas. El ultra arrasa entre las clases blancas medias y altas y apenas obtiene apoyo entre los pobres.
Ofrece el Ministerio de Justicia al juez que encerró a Lula y con su retórica dura defiende las armas. El ultra arrasa entre las clases blancas medias y altas y apenas obtiene apoyo entre los pobres.
Bolsonaro sigue siendo Bolsonaro. El presidente electo de Brasil recuperó ayer su discurso áspero y combativo y defendió todas las líneas de actuación de su campaña en las primeras cuatro entrevistas televisivas concedidas tras ganar el domingo con el 55% de los votos. En primer lugar, dijo que Brasil tiene «un déficit monstruoso» y que el país puede colapsarse si no reforma de inmediato el sistema público de pensiones, algo que quiere plantear antes de que concluya este mismo año.
Sobre la polémica medida para legalizar las armas entre los particulares, defendió que Brasil «está en guerra», por eso plantea disminuir la edad para hacerse con un arma de 25 a 21 años. A su juicio, cualquiera puede matar sin castigo para defenderse de un robo. Lo explicó así: «Un camionero armado que reacciona si alguien le roba la rueda de repuesto puede dar ejemplo. Dispara, el sujeto es abatido y es legítima defensa. Tendrá que responder, pero no será penado. Eso va a reducir la violencia en Brasil». El país es uno de los más violentos y en 2017 registró casi 64.000 homicidios.
Ayer, estaba prevista una reunión de su equipo para delinear la composición del futuro Gabinete, en el que estarán varios generales retirados al frente de carteras como la de Defensa. Bolsonaro anunció que Sergio Moro, el mediático magistrado que inició la investigación de Lava Jato sobre el desvío de miles de millones en la era del PT y el que acabó con el ex presidente Lula da Silva en la cárcel, ha sido invitado a formar parte de su Ejecutivo, bien como ministro de Justicia o bien para ocupar una vacante en el Tribunal Supremo. Según fuentes cercanas al juez citadas por el diario «O Globo», el magistrado estaría pensando en aceptar la invitación. Moro ha sido muy criticado por el Partido de los Trabajadores, que considera que la Justicia ha sido selectiva persiguiendo a la izquierda y mirando para otro lado en el caso de otros partidos también salpicados por la corrupción.
Sobre su discurso beligerante con las minorías, el nuevo líder brasileño explicó que «no podemos tomar ciertas minorías y pensar que tienen superpoderes, diferentes de los demás. Si logramos igualdad para todo el mundo, todos se sentirán satisfechos». Eso sí, reconoció haber sido agresivo al referirse en la campaña al llamado «kit gay», un material escolar para combatir la homofobia lanzado por su rival, Fernando Haddad, cuando éste era ministro de Educación y que nunca se llegó a distribuir por las duras críticas recibidas.
En sus primeras declaraciones, el futuro inquilino del palacio de Planalto, muy crítico con los grandes medios brasileños durante la campaña, a los que ha acusado de lanzar «fake news» (noticias falsas), dijo que revisará la publicidad institucional para retirarla de los medios «que mientan», en clara alusión al diario «Folha de S. Paulo».
El presidente electo descartó asimismo una intervención en Venezuela para derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro: «De nuestra parte no existe ese interés. Brasil siempre va a buscar la vía pacífica para resolver ese problema». El ministro de Exteriores de Colombia tuvo que salir a desmentir una información según la cual Bogotá estaría dispuesto a apoyar a Bolsonaro en una hipotética acción contra el régimen venezolano.
Mientras el ex militar arma la agenda de sus primeros pasos como presidente electo, los partidos hacen su análisis de los resultados electorales, que arrojan un país dividido como se puede aprecia en el tipo de voto. Bolsonaro ha logrado un apoyo muy amplio en los municipios donde las rentas son medias y altas, mientras que apenas se lleva un tercio de los votos en aquellos donde la población es de clase baja. En las localidades ricas obtuvo más del 90% de los sufragios. Por su parte, Haddad, el candidato del PT, obtuvo más votos en los municipios con más pobreza y analfabetismo. Haddad pudo conservar el respaldo en el noreste, región pobre, mientras que su rival venció en el centro, sur y noroeste del país suramericano.
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