David Cameron
Deshielo entre Cameron y la UE
Bruselas acepta la retirada de las prestaciones a los inmigrantes comunitarios si Reino Unido prueba que está en riesgo su Estado del Bienestar. El «premier» abre una intensa ronda de contactos con las instituciones europeas de cara a la decisiva cumbre del 18 y 19 de febrero
Bruselas acepta la retirada de las prestaciones a los inmigrantes comunitarios si Reino Unido prueba que está en riesgo su Estado del Bienestar. El «premier» abre una intensa ronda de contactos con las instituciones europeas de cara a la decisiva cumbre del 18 y 19 de febrero
El primer ministro, David Cameron, llegaba ayer a Bruselas para quemar los últimos cartuchos del acuerdo que podría evitar un Brexit. Las negociaciones entre el «premier» y el Ejecutivo comunitario han entrado en la recta final y avanzan para lograr un texto consensuado que permita recoger las demandas británicas, incluyendo la más polémica que negaría derechos a ciudadanos comunitarios en los primeros cuatro años de vivir en Reino Unido. El «premier» comenzó su ronda de contactos que le llevará a verse en un fin de semana con los presidentes de las tres instituciones europeas.
En la primera de sus reuniones, con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el encuentro presentó avances y dificultades. La Comisión presentó una fórmula para hacer compatible la exigencia británica más cuestionable con los Tratados europeos. Reino Unido podría negar ayudas públicas a ciudadanos comunitarios siempre que demuestre que la presión migratoria está poniendo en riesgo el sistema de bienestar. Aunque se trata de un primer enfoque para que el conjunto de los Veintiocho pueda entrar a discutir esta medida y no rechazarla por completo desde el principio, Cameron no pareció muy satisfecho ayer con la propuesta de la Comisión. En declaraciones a medios británicos, el «premier» aseguró que se sigue necesitando mucho trabajo para avanzar porque por ahora la propuesta es insuficiente, aunque reconoció avances. «Fue un encuentro difícil pero constructivo», aseguraba el equipo de Juncker.
Cameron anuló sus viajes a Suecia y Dinamarca previstos para estos días para centrar su fin de semana en reuniones maratonianas con el conjunto del Ejecutivo comunitario. Después de Juncker, Cameron se vio con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. El socialista le trasladó el compromiso de la Eurocámara para seguir manteniendo al país dentro de la Unión Europea. «Mejor unidos que separados», señaló. «El encuentro fue de mentes abiertas. Entramos ahora en un momento decisivo para preparar el referéndum porque a mitad de febrero tendrá que estar muy bien preparado. Cameron ha presentado elementos clave, y la propuesta será circulada desde este lunes... ha pedido al Parlamento el apoyo para el proceso de reformas que derivarían de la propuesta», explicaba Schulz tras el encuentro.
Será en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas los días 18 y 19 de febrero cuando se prevé cerrar un acuerdo con Reino Unido. Por ahora la balanza se va inclinando hacia el lado positivo. Todo apunta a que habrá consenso entre los Veintiocho que permita a Cameron convocar el referéndum sobre la pertenencia o la salida de Reino Unido de la UE y hacer campaña para mantenerse dentro del club. Su baza será haber conseguido una nueva relación de Reino Unido con el conjunto europeo que salvaguarda las particularidades británicas y le permita seguir aprovechando las oportunidades que le ofrece el mercado único. Las reuniones de ayer en Bruselas prepararon el terreno para otros dos encuentros más importantes para Cameron. El domingo se verá en Downing Street con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien según señalan fuentes europeas espera encontrar suavizada la propuesta sobre migración para poder enviar el lunes mismo el borrador de propuesta al conjunto de los Estados miembros. Y una semana antes de la cumbre europea, Cameron ha pedido cita para verse con la canciller alemana, Angela Merkel, en una reunión bilateral en Hamburgo, la que aprovecharán para preparar la cumbre.
La disposición de abrirse a las peticiones de Cameron siempre ha existido en Bruselas, pero desde la determinación de salvaguardar los intereses del conjunto de la UE. El interés general pasa por mantener a Reino Unido en el conjunto europeo, pero no puede ser a cualquier precio. Las libertades fundamentales y los principios básicos tendrán que respetarse, para que otros Estados no consideren que se está haciendo un trato de favor a Londres.
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