El caso Carromero

Carromero confirma a la hija de Payá que les embistieron

Rosa María se reunió con el joven español en Madrid que le explicó que en Cuba «no hubo ningún accidente». El político del PP le aseguró que les perseguían y que «no chocó contra un árbol ni llevaba exceso de velocidad»

Rosa María Payá, la hija del opositor cubano, dio ayer una rueda de prensa en la sede de la Fundación Hispano Cubana
Rosa María Payá, la hija del opositor cubano, dio ayer una rueda de prensa en la sede de la Fundación Hispano Cubanalarazon

Rosa María Payá, la hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, demostró ayer que no va a «parar hasta saber la verdad» sobre la muerte de su padre.

Rosa María Payá, la hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, demostró ayer que no va a «parar hasta saber la verdad» sobre la muerte de su padre. Oswaldo cumpliría ayer 61 años y Rosa María, acompañada de su tío Carlos Payá y del amigo y portavoz del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), Regis Iglesias, quiso decir ante los medios de comunicación en Madrid que «no hubo ningún accidente», con las consecuencias que esas cuatro palabras tienen.

En primer lugar, porque hay un ciudadano español, Ángel Carromero, cumpliendo condena desde el verano por un doble homicidio. Aquel fatídico 22 de julio perdieron la vida Payá y el joven activista Harold Cepero. Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP, iba al volante y sobre él cayó toda la culpa del suceso. El copiloto, Jens Aron Modig, de las juventudes del partido demócrata cristiano sueco, dijo a las autoridades cubanas que estaba dormido en el momento del accidente, por lo que le dejaron salir de la isla.

Carromero, sin embargo, fue sentenciado a cuatro años de prisión y gracias a un acuerdo bilateral con España, desde diciembre se encuentra en Madrid, donde se le concedió el tercer grado. «Siempre hemos dicho que Carromero es inocente», insiste Carlos Payá. De hecho, Rosa María Payá reconoce que le extrañó que Carromero volviera a España «como un condenado» ya que el juicio que se produjo en octubre en Bayamo no tiene para ella ninguna validez.

En segundo lugar, porque al no ser un accidente, como mantienen desde La Habana, Rosa María pedirá una «investigación internacional por el probable asesinato de mi padre y de Harold Cepero». En sus palabras, «su madre, sus hermanos y sus amigos tienen derecho a saber cómo murieron».

Tras la entrada en vigor de la nueva ley de migración cubana, Rosa María pudo por fin salir de la isla. La joven lo intentó el año pasado para realizar un posgrado en Chile pero le rechazaron el visado. Con su nueva visa, su primer destino fue Madrid y su primer encuentro, el mismo día de su llegada, el 16 de febrero, fue precisamente con Ángel Carromero. Y el joven político le reconoció personalmente que «no chocó contra ningún árbol y que un coche les embistió por detrás». Para la hija del disidente, «Carromero no me ha descubierto nada nuevo, me lo ha ido confirmando». Y es que el mismo día del accidente se enviaron mensajes de texto desde los móviles de Harold Cepero, Carromero y Modig que explicaban que los perseguían. Incluso en un SMS escrito a un remitente sueco pone «que un coche les sacó de la carretera».

Los seres queridos de Payá y Cepero han ido recopilando datos y testimonios, pues no han recibido apoyo del Gobierno cubano sino todo lo contrario. De hecho, una de las pruebas que presentarán son los continuos casos de hostigamiento, represión y persecución que han vivido. También, que el bloguero oficialista Yohandry Fontana supiera en la madrugada del 22 de julio que «Payá estaba de camino a Varadero», como rezaba uno de sus tuits a las 4 de la mañana. Otra prueba sería la llamada que recibió Regis Iglesias, portavoz del MCD fundado por Payá, en la que le dijeron que «algo les había sucedido». Rosa María indicó ayer que el vehículo en el que viajaban fue «golpeado intencionadamente por detrás» pero ésa no fue la causa de la muerte de su padre. La joven cubana resume que tiene información de que estaban siendo seguidos, que había un Lada rojo que iba prácticamente en paralelo en el momento del accidente, que Carromero no iba con exceso de velocidad (como se dictaminó en Cuba) y que las dos víctimas no recibieron ayuda médica. «Se llevaron a los extranjeros de allí y después sabemos que mi padre llegó muerto al hospital y que Harold Cepero nunca entró en la sala de cirugía», asevera la joven. «Queremos saber qué ocurrió durante esas horas y quiénes son los responsables de sus muertes».

Por todo esto, Rosa María Payá pide «el apoyo de todas las instituciones y personas que puedan ayudar a llevar a cabo una investigación internacional» y aunque todavía no lo tiene claro, «existe la posibilidad de hacerlo en la Audiencia Nacional». Cabe resaltar que Oswaldo Payá tenía también nacionalidad española, por lo que es una opción presentar en Madrid la querella. Para los Payá el testimonio personal de Carromero es muy útil «porque es el único sobreviviente que recuerda lo que ocurrió». Carlos Payá aprovechó la rueda de prensa en la Fundación Hispano Cubana para pedir que el Gobierno español le indulte.