El Futuro de Venezuela
Chavistas moderados intentan abrir el diálogo con la oposición
El pasado 14 de abril, tras conocerse la victoria pírrica de Nicolás Maduro en las presidenciales de Venezuela, aparecían las primeras divisiones y autocríticas dentro del chavismo. En primer lugar, destacaba la autocrítica del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Pero también las de otros pesos pesados del régimen bolivariano, como la del vicepresidente y ministro de Ciencia (y yerno de Chávez), Jorge Arreaza, y el ministro de Comunicación, Andrés Izarra.
Sin embargo, todas estas disensiones en el oficialismo no significan un acercamiento a la oposición, sino más bien el afianzamiento de la línea dura. El propio Cabello comandó la embestida contra los diputados opositores, convirtiendo la Asamblea Nacional en un polvorín.
Pero las aguas podrían calmarse, por lo menos en el Parlamento. Esta semana el oficialismo y la oposición tuvieron dos reuniones en un intento por reactivar el diálogo, roto la semana pasada.
Ante la petición de reunión de los jefes de fracción opositora con el Bloque de Parlamentarios Socialistas de Venezuela, se convocó una junta directiva para restituir la normalidad y lograr un acuerdo que permita reanudar las sesiones. El primer encuentro fue el lunes, pero no hubo humo blanco. La falta de acuerdo entorpeció la convocatoria, por lo que el segundo se realizó el viernes con acercamientos visibles.
Los aliados del PSUV en el Parlamento (PCV, Tupamaro y UPV) consideran «un error» que Cabello impida el ejercicio parlamentario. «La Asamblea es un escenario de la democracia, no pueden cercenarse los derechos», dijeron. Estos aliados aunque menores, son claves en las votaciones. Por el lado opositor, Juan Carlos Caldera (PJ), explica que impera la necesidad de enviar un mensaje distinto al país: «Sé que hay muchos chavistas que en el hemiciclo gritan y vociferan, pero que afuera se me acercan y me dan una visión más moderada. No todos son unos energúmenos».
El periodista oficialista Elías Martínez ya advertía esta semana en la web «Aporrea»: «Los llaman o se autocalifican chavistas moderados, chavistas light, indecisos. Para ellos van dirigidas diariamente tormentas de matrices de opinión contrarevolucionarias y propagandas subliminales. Son como una pluma en el aire, para donde los dirigen sin mucho esfuerzo y empeño se dejan arrastrar (...) Cualquier suave roce a sus privilegios o intereses lo convierte en un opositor furibundo más peligroso que el oposicionista natural».
Fuentes del comando Carabobo confirman escisiones dentro del chavismo, las primeras voces que se atreven a pedir un acercamiento con la oposición. Sin embargo, también aclaran que hay miedo entre las filas «rojillas». En las sombras del Palacio de Miraflores, algunos «halcones» fieles a Cabello planean una «caza de brujas» orientada a perseguir a sus compañeros más moderados.
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