Corea del Norte
China cierra todos los negocios norcoreanos
En cumplimiento de las sanciones de la ONU, Pekín reducirá sus exportaciones de petróleo.
En cumplimiento de las sanciones de la ONU, Pekín reducirá sus exportaciones de petróleo.
A partir de enero de 2018, los ciudadanos chinos ya no podrán disfrutar tan a menudo de la comida norcoreana. Los más de cien restaurantes que Pyongyang posee en China deberán cerrar sus puertas como parte de los castigos que el gigante asiático está implementando contra el régimen de Kim Jong Un. Así sucederá con toda empresa de Corea del Norte y aquellos negocios que compartan la propiedad con un socio del régimen Juche que, en un plazo de 120 días a partir del 11 de septiembre, cuando se adoptaron las últimas sanciones de la ONU, tendrán que echar la persiana. El portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, informó ayer que la medida también afectará a las empresas mixtas creadas en el extranjero. Con este anuncio, Pekín –el mayor socio comercial de Pyongyang– da un paso más a la hora de cumplir con los castigos que el Consejo de Seguridad aprobara por unanimidad después de que el país comunista realizara su sexto y mayor ensayo nuclear a principios de este mes.
Las sanciones que se aprobaron entonces incluyen la prohibición de las exportaciones textiles, las restricciones a su suministro de petróleo y el impedimento de trabajar en el extranjero a sus nacionales. Según algunas estimaciones, podrían suponer unas pérdidas para Pyongyang de unos 680 millones de euros al año en exportaciones textiles y de otros 425 millones anuales de los ingresos que sus trabajadores en el extranjero dejarían de aportar.
La resolución persigue aislar al país de manera que no pueda obtener financiación para continuar desarrollando su programa nuclear y armamentístico. «El petróleo es la sangre viva del esfuerzo de Corea del Norte para construir y financiar un arma nuclear», declaró la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, tras aprobar una resolución que, de cumplirse, supondría una disminución del 30% en las importaciones totales de petróleo y de más del 55% de los productos refinados de petróleo que van a Corea del Norte.
Es precisamente la restricción en el racionamiento de combustible lo que ha hecho que se tripliquen los precios en el reino ermitaño, un asunto que preocupa a Pekín, consciente de que la falta de crudo pueda afectar a las necesidades de la población. Por ello, China continuará surtiendo a Pyongyang a través de su oleoducto de Dandong Sinuiji, aunque desde el 1 de octubre y hasta diciembre, limitará sus envíos de petróleo a 500.000 barriles, y en 2018 el suministro total será de dos millones de barriles, unas cifras que suponen un tercio menos de lo que se exporta ahora.
Este compromiso de Pekín a Pyongyang trae de cabeza a otros países, que ponen en duda la determinación de China para hacer cumplir las sanciones. Así sucedió cuando se conoció que en agosto las importaciones de carbón norcoreano se incrementaron hasta los 1,6 millones de toneladas, lo que algunos analistas achacaron a los cargamentos retenidos en los puertos chinos previos a la imposición de las sanciones.
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