Pekín
China condena a muerte a ocho personas por los ataques en Xinjiang
Un tribunal de la región autónoma de Xinjiang (noroeste de China) condenó hoy a ocho personas a pena de muerte por su participación en dos ataques ocurridos en abril y mayo en esta zona del país en los que murieron 46 personas, según informan medios oficiales. La corte también sentenció a otros cinco acusados a pena capital con una suspensión de dos años, lo que en el país asiático se traduce en cadena perpetua, y a cuatro más a distintas penas de cárcel.
La corte consideró a estas 17 personas, de las que no se ha trasladado más información, culpables de la explosión ocurrida en la capital de Xinjiang, Urumqi, el 30 de abril, en la que murieron tres personas, incluidos dos atacantes; y del ataque con explosivos cometido en mayo en un mercado abarrotado en la misma ciudad, que acabó con la vida de 39 personas y en el que también perecieron cuatro asaltantes.
A raíz de ello, las autoridades lanzaron una campaña de un año contra la violencia en Xinjiang, hogar de la minoría étnica uigur y donde se han incrementado los enfrentamientos entre éstos y los chinos de etnia han, la mayoritaria en el país, con un total de 200 muertes en lo que va de año.
Las condenas de hoy se suman a la larga lista de duras sentencias que la Justicia china ha dictado este 2014 por "terrorismo"después de que aumentara la violencia, que Pekín atribuye a grupos uigures relacionados con el yihadismo.
Por su parte, los uigures en el extranjero -aquellos que pueden hablar sin miedo a sufrir represalias, a diferencia de aquellos que habitan en China- defienden que es la represión y discriminación a su cultura por parte de las autoridades -en su mayoría, han- la que ha llevado a que se produzcan casos de violencia.
A las sentencias a muerte a grandes grupos de supuestos terroristas -algunas dictadas en al menos un macrojuicio celebrado en un campo de fútbol-, se sumó este año la condena al intelectual uigur Ilham Tohti, catedrático de una universidad de Pekín considerado la voz moderada de su etnia en China.
Tohti, que trataba de actuar de puente entre la comunidad han y la uigur, fue sentenciado a cadena perpetua en septiembre por "incitar al separatismo", un caso que acaparó la atención mundial y fue criticado fuertemente por organizaciones de derechos humanos.
El conflicto en Xinjiang se agudizó en 2009, en unas reyertas en las que al menos dos centenares fallecieron y 1.700 personas resultaron heridas, y se extendió a otras zonas del país en 2013, primero, con un ataque en el sur del país, y posteriormente, en el corazón de Pekín, en la emblemática plaza de Tiananmen, lo que llevó a elevar las alertas.
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