China
China cumple sus amenazas y pone aranceles a 128 productos estadounidenses
Esta decisión aumenta el riesgo de estallido de una guerra comercial
China cumplió hoy sus amenazas y anunció la imposición de aranceles comerciales a un conjunto de 128 productos estadounidenses como respuesta a las tarifas de Washington sobre las importaciones de acero y aluminio chinos.
- El Gobierno de Pekín impuso ayer aranceles a 128 productos estadounidenses como respuesta al gravamen aprobado por Donald Trump a las importaciones de aluminio y acero. La medida entró en vigor ayer, como anunció la semana pasada el Ministerio de Comercio chino, cuando prometió responder a los ataques estadounidenses contra su sector exportador y publicó una lista provisional de aranceles a importaciones procedentes de EE UU, con un valor de 3.000 millones de dólares. Los productos sancionados son en su mayoría del sector agrícola. La carne de cerdo congelada pagará a partir de ahora una tasa del 25%, mientras que vino, nueces y ciertas frutas, como la mayoría de productos afectados, han sido gravados con un 15%. El Dow Jones estuvo muy nervioso durante toda la jornada, y al cierre se dejó un 1,90%. Pudo ser mucho peor.
Pekín no ha ocultado la motivación de esta medida y la justifica como una acción «legítima adoptada bajo las normas de la OMC» para salvaguardar sus intereses. Xinhua, agencia oficial del régimen, publicó ayer un comunicado en el que informaba que la opinión pública china se ha sentido atacada y amenazada por la administración estadounidense tras las sanciones de Trump al sector exportador de China, y ha pedido «que el Gobierno tome medidas para salvaguardar los intereses de la industria y del país».
En el comunicado publicado por Xinhua, China acusa a Estados Unidos de «violar gravemente los principios de no discriminación, piedra angular del sistema multilateral de comercio» por la imposición de aranceles a algunos países, mientras otros han sido eximidos de las sanciones de Washington a la exportación del acero y aluminio.
La medida impuesta a los productos estadounidenses por el Gobierno de Xi Jinping, respondería en volumen a las pérdidas que va a sufrir el sector exportador de aluminio y acero del gigante asiático por los gravámenes estadounidenses del 15% y 25%, respectivamente.
Pekín ha realizado reiterados esfuerzos para detener «la intimidación económica» por parte del Ejecutivo de Trump y evitar a toda costa «abrir la caja de Pandora» que provocaría una guerra comercial entre ambos países. Por ahora, los aranceles impuestos por China no atacan productos agrícolas importantes como la soja o gigantes industriales como Boeing, aunque si la crisis entre ambas potencias se agrava, podrían ser ámbitos que se vieran afectados por nuevas sanciones, apunta el diario oficial «Global Times». El efecto de unas posibles barreras comerciales a la soja, como anunció Pekín que impondría, tendría graves efectos en el sector agrícola estadounidense, votantes clave en la elección de Donald Trump. Tampoco se descarta que Pekín responda con medidas no arancelarias que pueden afectar gravemente a la economía estadounidense, como vender parte de la deuda pública , de la que Pekín es dueña, o medidas menos agresivas como limitar más las áreas de inversión o poner trabas a la actividad de las empresas estadounidenses que operan en China.
La amenaza de guerra comercial entre China y EE UU, coloca según los expertos, tanto al uno como al otro en una situación complicada. Las sanciones a la exportación de productos de alta tecnología china como los vehículos eléctricos, la biotecnología, la robótica o las tecnologías de la información, provocaría en la práctica «un impuesto sobre las compras estadounidenses de la electrónica de consumo» opina la consultora Capital Economics.
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