Guerra comercial
China y la UE se unen contra «la guerra comercial y el caos»
Pekín promete más apertura económica pese a que Bruselas se niega a formar un frente antiTrump
Pekín promete más apertura económica pese a que Bruselas se niega a formar un frente antiTrump.
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, exhortó ayer a la UE, China, Estados Unidos y Rusia a evitar las guerras comerciales y «prevenir el conflicto y el caos». «Todos somos conscientes del hecho de que la arquitectura del mundo está cambiando ante nuestros ojos y es nuestra responsabilidad común hacer que cambie para mejor», aseguró ayer. Tanto él como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, viajaron a Pekín para reunirse con el primer ministro chino, Li Keqiang, en la vigésima reunión anual entre líderes chinos y de la UE. «Es una tarea común para Europa, China, EE UU y Rusia no destruir este orden sino mejorarlo. No comenzar guerras comerciales que tan a menudo en nuestra historia derivaron en conflictos violentos», añadió.
Tusk agregó que las guerras comerciales pueden convertirse en «conflictos candentes». Por ello, la UE y China acordaron lanzar un grupo de trabajo común para discutir una reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el objetivo de mejorar el sistema multilateral. «Todavía hay tiempo para evitar el conflicto y el caos», agregó Tusk, que instó a Washington y Moscú a unirse a la iniciativa. El político polaco hizo este llamamiento en medio de una incipiente guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo, EE UU y China, además de la crisis entre EE UU y Europa.
Los lazos de Washington con China y con la UE están muy desgastados. El domingo, Trump describió a Europa como uno de los mayores «enemigos» de su país. Horas antes, aconsejó a la primera ministra británica, Theresa May, demandar a la UE en lugar de negociar por el Brexit.
Mientras tanto, China se enfrenta a aranceles potenciales de más de 500.000 millones de dólares en exportaciones a EE UU y ha pedido ayuda a la UE para abogar por el libre comercio y promover «la construcción de un mundo multipolar y una mayor democracia en las relaciones internacionales». Estados Unidos también ha impuesto aranceles al acero y al aluminio de la UE.
Los aranceles impuestos a Pekín pueden suponer un duro castigo para su economía, cuyo crecimiento se frenó hasta un 6,7% en el segundo semestre de este año. Y ante la deriva de la Administración Trump, necesita nuevos mercados cuanto antes para dar salida a sus productos. Ayer trató que la UE se uniera para formar un bloque contra los aranceles de EE UU, pero los socios europeos declinaron el ofrecimiento porque se niegan a escoger bando en la guerra comercial entre Pekín y Washington.
Al menos, el primer ministro del gigante asiático, Li Keqiang, prometió que continuará el proceso de apertura de su economía a las inversiones y las exportaciones europeas. «China aumentará sus compras y reducirá sus aranceles» a los productos que necesiten sus consumidores y sus empresas», prometió Li, que aseguró que su país buscará un comercio más equilibrado con el continente europeo. Al respecto, Juncker dijo que «China se puede abrir aún más».
Los líderes de las dos partes evitaron en todo momento atacar a la Administración Trump y, de hecho, en el comunicado final no se hace mención a él. Sin llegar a criticar a Washington, prometen «fomentar una economía mundial abierta... resistir el proteccionismo y el unilateralismo, y hacer que la globalización sea más abierta, equilibrada, inclusiva y beneficiosa para todos». Ambos bloques económicos estudian incluso dar un paso más en ese sentido, ya que estudian iniciar un plan de viabilidad de un acuerdo de libre comercio, lo que sería «un mensaje para el mundo», concluyó Li.
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