Chipre

Chipre elige al presidente que negociará el rescate

El conservador Anastasiades vence en la primera vuelta

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Los 545.180 chipriotas con derecho a voto acudieron ayer a las urnas para elegir al presidente que tendrá que negociar un urgente rescate financiero. Por primera vez desde 1974, la división de la isla no ha centrado la campaña electoral.

Los 545.180 chipriotas con derecho a voto acudieron ayer a las urnas para elegir al presidente que tendrá que negociar un urgente rescate financiero. Por primera vez desde 1974, la división de la isla no ha centrado la campaña electoral. Y es que sus apenas 800.000 habitantes están hoy más preocupados por la difícil situación económica. «Ves tiendas que cierran todos los días. No hay trabajo, y la gente está en una situación económica muy difícil», explica una residente de Nicosia.

Según los resultados oficiales, el candidato conservador, Nicos Anastasiades, un abogado de 66 años, se impuso en los comicios tras lograr el 45,46% de los votos, y se enfrentará el próximo domingo en la segunda vuelta con el candidato comunista, el ex ministro de Sanidad Stavros Malas, que sumó el 26,91%. El tercero más votado fue el socialdemócrata Yorgos Lilikas, con el 24,93%. Pese al interés que los comicios han despertado en el resto de Europa, la participación fue del 83,1%, inferior al 89,6% de 2008.

Anastasiades, el candidato favorito de la canciller Angela Merkel, que viajó hasta Limasol para escenificar el respaldo del Partido Popular Europeo, ha prometido bajar el sueldo a los funcionarios un 15%, subir el IVA y crear nuevos impuestos para satisfacer las demandas de la «troika» (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea). «El resultado de hoy [por ayer] es una victoria de los ciudadanos. Es la victoria de las fuerzas políticas que quieren que pasemos página», aseguró desde la sede de su partido el dirigente conservador, que prometió formar un «Gobierno de salvación nacional» cuando asuma la presidencia del país y del Gobierno.

La economía chipriota se ha visto inexorablemente arrastrada por la vecina Grecia, con la que mantiene importantes lazos económicos y políticos. Dos bancos chipriotas que poseían gran cantidad de bonos helenos han entrado en bancarrota tras la quita de la deuda griega. Como consecuencia, Nicosia reclama a la Unión Europea un rescate de 17.500 millones de euros, equivalente al PIB de la isla, que entró en la UE en 2004 y se integró en la eurozona en 2008.

Sin embargo, pese a su escasa cuantía en comparación con los rescates previos de Grecia, Portugal, Irlanda o España, la ayuda a Chipre suscita muchas suspicacias, especialmente en Alemania, que teme que los fondos vayan a parar a la mafia rusa, que utiliza la isla para blanquear dinero. Chipre, que atrae a las empresas extranjeras con un bajo impuesto de sociedades del 10%, se ha convertido en un paraíso fiscal para fondos de dudosa procedencia. Tal y como afirmó un confidente de Merkel, «Chipre no es un problema económico: desde hace tiempo es un problema político» de la UE. Según un informe de los servicios secretos germanos (BND), los capitales rusos suponen el 35% de los depósitos bancarios chipriotas, unos 35.000 millones de dólares. En 2011, la isla fue el primer destino de las inversiones extranjeras rusas, unos 13.000 millones de dólares, según datos del Banco Central de Rusia.

Como muestra de la influencia rusa en la isla, la ciudad portuaria de Limasol ha llegado a ser apodada «Limasolgrad» por los numerosos ciudadanos de esa nacionalidad que se han instalado allí. Carteles en cirílico, una emisora de radio rusa, periódicos rusos, colegios rusos, una iglesia ortodoxa e incluso una estatua del poeta Alexander Pushkin en el parque de una ciudad, cuyo alcalde, que estudió en Moscú, habla con fluidez el idioma de Tolstoi.