Cinco muertos en enfrentamientos entre partidarios y detractores de Mursi

La violencia regresó ayer al corazón de El Cairo, después de semanas de relativa tranquilidad. Los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi trataron de alcanzar la plaza Tahrir, donde esta misma semana habían conseguido llevar a cabo una pequeña protesta, rápidamente truncada. Ayer por la tarde, las fuerzas de seguridad evitaron que los manifestantes regresaran a ese simbólico lugar, lanzando gases lacrimógenos y disparando al aire para alejar las marchas que llegaban desde diferentes direcciones y pretendían converger en la plaza.

En los enfrentamientos entre partidarios y detractores del depuesto presidente Mohamed Mursi hubo al menos cinco muertos y cuarente heridos. Los Hermanos Musulmanes acusaron a las fuerzas de seguridad de haber disparado contra los manifestantes.

Los islamistas también trataron de regresar a la plaza de Rabaa al Adawiya, en el barrio de Medinat Nasser, donde se erigió durante semanas su campamento de protesta hasta que fue violentamente desalojado a mediados de agosto, pero las fuerzas de seguridad se lo impidieron. Los manifestantes se encontraron no sólo con la oposición de los antidisturbios y los militares, sino con la de los vecinos, que en varios barrios atacaron las marchas a su paso, tirándoles piedras, agua e, incluso, atacándoles con armas, tal y como ocurrió en la isla de Manial, en El Cairo.

La violencia también estalló en Alejandría, como es habitual cada viernes, y en otras localidades del país, pero ayer los ánimos estabas especialmente caldeados y ambos bandos están ya en pie de guerra ante las convocatorias del domingo: los grupos a favor del Ejército y los islamistas bajarán a la calle para conmemoran el 40 aniversario de la guerra contra Israel en 1973, aunque con diferentes reivindicaciones. Los primeros rendirán homenaje al Ejército, que se dispone a explotar esta fecha para remarcar su destacado rol en la defensa de Egipto, mientras que la Hermandad les exigirá que regresen a ese papel y no se alejen del gobierno del país. Está previsto que el presidente interino se dirija a la nación, 3 meses después de haber sido designado por el general Abdel Fatah Al Sisi, tras apartar a Mursi del poder.