Elecciones en Estados Unidos

Clinton señala a Trump como socio de Rusia

Su jefe de campaña denuncia contactos de Wikileaks con un consejero del magnate. EE UU responderá a los ciberataques rusos, dice Obama.

Clinton señala a Trump como socio de Rusia
Clinton señala a Trump como socio de Rusialarazon

Su jefe de campaña denuncia contactos de Wikileaks con un consejero del magnate. EE UU responderá a los ciberataques rusos, dice Obama.

La Guerra Fría ha vuelto a las presidenciales de EE UU. Es digno de analizar cómo John Podesta, el jefe de campaña de la candidata demócrata, Hillary Clinton, gestiona estos días la que podría haberse convertido en la peor crisis política a menos de cuatro semanas de las elecciones con la filtración de los secretos de Clinton. Su estrategia simplificada sería: échale la culpa a los rusos sobre las mortíferas filtraciones de Wikileaks y relaciónalo con Trump.

El consejero de la demócrata se encargó ayer de dejar claras a todos los periodistas las extrañas coincidencias que ha habido entre ciertos movimientos de Moscú y el desarrollo de la campaña presidencial. A juicio de Podesta, «las posturas políticas de Trump a veces reflejan los intereses del Kremlin y la relación entre los intereses económicos rusos y los del republicano».

Según Podesta, la figura clave en toda esta controversia es el consejero de Trump, Roger Stone, que ha estado en contacto con el australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, la organización que durante los últimos días ha expuesto todos los secretos de la candidata. Entre ellos, sus comentarios a los ejecutivos de Wall Street de que tiene dos posturas, la privada y la pública, ante los votantes y su reconocimiento de que ha perdido relación con la clase media, imprescindible para ganar las elecciones.

Lo cierto es que Clinton se ha beneficiado de las meteduras de pata del magnate, pues, de no ser por los comentarios lascivos del candidato republicano, ella habría estado en el ojo del huracán por sus controvertidos correos electrónicos. Incluso ayer, día en que los informativos podrían haber investigado las relaciones entre Qatar y Arabia Saudí con el Estado Islámico y, por consiguiente, con EE UU, Miss Arizona 2001, Tasha Dixo, reconoció que Trump solía bajar a los vestuarios cuando las «misses» se cambiaban de ropa. Por una vez, parece que los escándalos sexuales juegan a favor de Hillary.

Mientras, Podesta siguió ayer incidiendo en la rusofilia de Trump y aportó «pruebas» como el comentario que hizo Stone en agosto («ha llegado la hora»), justo después de que Wikileaks hiciese públicos parte de los e-mails de otros miembros del Partido Demócrata. «Hay razones para asumir que Stone y Trump tenían información sobre lo que Assange iba a hacer», reconoció Podesta a los periodistas que viajan en el avión de campaña de Clinton, aunque a la vez no pudo ocultar que todas las pruebas que tiene son circunstanciales.

Sean del tipo que sean, son suficientes para que los rusos hayan respondido a todos estos comentarios de manera oficial. Primero fue el embajador ruso en EE UU, Sergei Kislyak. «Seguimos de manera muy cuidadosa las elecciones. No hemos interferido en los asuntos internos de EE UU. Ni a través de comentarios, ni a través de correos electrónicos. Ni a través de otros medios», indicó el diplomático, que ostenta un puesto de confianza en el Ministerio de Exteriores de Rusia. Sus palabras no bastaron, ya que el propio jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, tuvo que desmentir más tarde cualquier interferencia de su país en el proceso electoral estadounidense: «Es ridículo».

Según la Casa Blanca, Barack Obama está considerando una «respuesta proporcional» a la implicación rusa en estos ataques cibernéticos, acusaciones que han sido rechazadas por las autoridades de Moscú. También ayer Obama criticó a Trump al reconocer que no le contratarían ni en una tienda de la cadena 7-Eleven por «las cosas» que dice y por las pérdidas que acumulan sus empresas.

Los donantes reclaman su dinero

Algunos grandes donantes del partido quieren que Donald Trump les devuelva el dinero que le han entregado para su campaña. Incapaces de aceptar últimos escándalos, han escrito una carta a los miembros de campaña que recaudaron donaciones en nombre del magnate porque quieren que les reembolsen su dinero. En una de las misivas, un donante explica que «las palabras se quedan cortas para expresar mi decepción con los últimos acontecimientos que rodean al señor Trump». «Me arrepiento de ir a un acto de campaña suyo, en particular permitir que mi hijo fuese parte del mismo», escribe en la carta, en cuyo asunto se lee: «Retiro del apoyo a Trump».