Corrupción política
Comienza el juicio por corrupción contra Lula da Silva que puede ser decisivo para su futuro político
Según estaba pautado el ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva se trasladó ayer a Porto Alegre, para asistir en directo y alentar a sus fieles en la ciudad sureña que hoy acoge bajo grandes medidas de seguridad, el juicio en apelación que podría complicar su candidatura a las elecciones de octubre.
“Estoy yendo a Porto Alegre para agradecer la solidaridad del pueblo que está allí manifestándose", anunció el ex mandatario (2003-2010) en un acto con sindicalistas en el Instituto Lula de Sao Paulo.
El ex mandatario, a la cabeza de todas las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre, debería seguir el juicio desde Sao Paulo. Sin embargo desde el fin de semana, empezaron a llegar a la capital de Rio Grande do Sul autobuses con seguidores del líder de la izquierda y este lunes miembros del Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST) realizaron una marcha de unos 8 km y montaron un gran campamento en la ciudad. El ex mandatario no se quiere perder su homenaje.
Además desde ayer por la mañana se desarrolla un acto de mujeres a favor de Lula, en el que ha participado la ex presidenta, Dilma Rousseff (2011-2016) y se espera para hoy, la asistencia de la ex mandataria argentina, Cristina Fernández.
El juicio a Lula genera una gran expectativa y temores de enfrentamientos. El gobierno de Rio Grande do Sul anunció un dispositivo especial de seguridad con apoyo de embarcaciones y helicópteros de la Brigada Militar en torno al tribunal de apelaciones, contiguo a un río, que tendrá un bloqueo perimetral terrestre, aéreo y naval.
Por su parte el alcalde de Porto Alegre llegó a pedir el apoyo del ejército, teniendo en cuenta que grupos de derecha también prevén organizar concentraciones contra Lula. El ex presidente dijo que, aunque "no hay pruebas"contra él, seguramente no será ni la primera ni la última "víctima"de los jueces brasileños.
"Esperaré tranquilamente el resultado. Y voy a recurrir cualquiera que sea el resultado, recurriré", adelantó, anunciando que el próximo 27 de febrero iniciará una nueva caravana de precampaña por el sur del país.
Lula, de 72 años, quien fue el presidente más popular de la historia moderna de Brasil, fue condenado en julio del 2017, a nueve años y medio de cárcel como beneficiario de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá, ofrendado por la constructora OAS a cambio de contratos en la estatal Petrobras. En tan solo unas de las causas que enfrenta.
El tribunal de apelaciones en Porto Alegre decidirá si ratifica esa condena, la cual podría llevarlo a prisión y a una invalidación de su eventual candidatura. Aunque en principio podrá seguir libre y hacer campaña hasta agotar los recursos ante cortes penales y electorales.
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