Elecciones
Conservadores y piratas buscan socios para gobernar en Islandia
Los resultados oficiales de las elecciones anticipadas celebradas el sábado en Islandia dejan un Parlamento (Althingi) fragmentado con siete partidos y sin mayorías claras. Tanto la derecha en el poder como la izquierda en la oposición quedan lejos de la mayoría absoluta en la Cámara.
La alegría con la que el Partido Pirata recibió los primeros sondeos tras el cierre de los colegios electorales dio paso a la decepción al avanzar el escrutinio. El grupo, formado por anarquistas, «hackers» y ciberactivistas, ha quedado lejos de las expectativas iniciales y tuvo que conformarse con ser la tercera fuerza política, con diez de los 63 escaños de la Cámara (siete más que en 2013). «Es realmente increíble haber podido crear un movimiento de gente joven y mayor que quieren crear juntos nuestra sociedad», expresaba su candidata, Birgitta Jonsdottir.
El conservador y gobernante Partido de la Independencia se alzó con la victoria (21 escaños), por delante del Movimiento de Izquierda Verde, que se coloca como segunda fuerza (diez diputados). «Aún es pronto, pero esperamos continuar en el poder y formar un nuevo y sólido Gobierno para el futuro de Islandia», comentaba Bjarni Benediktsson, líder de la formación en su tercer intento por ser primer ministro.
En cambio, los grandes perdedores de la jornada fueron los liberales del Partido Progresista, que ha pasado de 19 a ocho escaños, castigado por la vinculación del ex primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson con los «papeles de Panamá», lo que provocó su dimisión en abril y el adelanto electoral. Esta debacle en las urnas precipitó ayer la inmediata dimisión del primer ministro, Sigurdur Johannsson.
Conservadores y liberales suman 29 diputados frente a los 27 de la izquierda. Sin embargo, un pacto con Reforma, una escisión del Partido de la Independencia con siete escaños, puede darles la ansiada estabilidad parlamentaria.
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